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miércoles, 24 de mayo de 2017

María, Auxiliadora de los cristianos


         La advocación de la Madre de Dios como “María Auxiliadora” viene desde los primeros siglos del cristianismo. El primero que llamó a la Virgen María con el título de “Auxiliadora” fue San Juan Crisóstomo, en Constantinopla en al año 345: “Tú, María, eres auxilio potentísimo de Dios”[1]. San Sabas en el año 532 narra que en oriente había una imagen de la Virgen que era llamada “Auxiliadora de los enfermos”, porque junto a ella se obraban muchas curaciones. San Juan Damasceno en el año 749 fue el primero en propagar la jaculatoria: “María Auxiliadora, rogad por nosotros”, afirmando además que la Virgen es “Auxiliadora para evitar males y peligros y auxiliadora para conseguir la salvación”. Numerosos pueblos y naciones celebran su fiesta bajo esta advocación, puesto que los libró de grandes peligros. Por ejemplo, en Ucrania, se celebra la fiesta de María Auxiliadora el 1 de octubre desde el año 1030, porque en ese año la Virgen libró a la ciudad de la invasión de una cruel tribu de bárbaros paganos.
La advocación quedó inscripta en las letanías lauretanas por orden del Papa San Pío V, luego de que en el año 1572 la Virgen librara prodigiosamente, en la Batalla de Lepanto, a toda la cristiandad, amenazada gravemente por un ejército musulmán muy poderoso, compuesto por 282 barcos y 88.000 soldados. Desde el triunfo de las fuerzas católicas comandadas por el Papa, se incorporaron a las letanías lauretanas la advocación “María, Auxilio de los cristianos, por nosotros”. Lo que sucedía era que en el siglo XVI los mahometanos se habían impuesto la misión de conquistar Europa para erradicar el catolicismo e implantar la religión musulmana, para lo cual prepararon un enorme ejército, con el cual se disponían a invadir Europa. Entonces, el Sumo Pontífice Pío V, gran devoto de la Virgen, convocó a los Príncipes Católicos para que salieran en defensa de la Santa Religión Católica. Alentados por el Sumo Pontífice, los nobles y reyes de Europa formaron en poco tiempo un buen ejército, que salió a hacer frente a los mahometanos invasores. El 7 de octubre de 1572, se encontraron los dos ejércitos en un sitio llamado el Golfo de Lepanto, y de ahí que a esta batalla se la conoce como “Batalla de Lepanto”. Los soldados cristianos, inferiores en número a los mahometanos, antes de empezar la batalla, se confesaron, asistieron a Misa, comulgaron, rezaron el Rosario y entonaron un canto a la Madre de Dios María Auxiliadora. Luego de haberse encomendado a la Virgen y fortalecidos por la gracia, se lanzaron a la batalla, la cual en un principio les fue desfavorable pues el viento corría en dirección opuesta y detenía sus barcos. Mientras tanto, en el continente europeo, toda la cristiandad rezaba el Santo Rosario por mandato del Papa Pío Vi, suplicando la intervención de la Virgen y el triunfo sobre el enemigo mahometano. En el Golfo de Lepanto, sucedió que, en un momento determinado, el viento cambió de rumbo, batió fuertemente las velas de los barcos del ejército cristiano, y los empujó con fuerza contra las naves enemigas, lo cual favoreció grandemente el empuje del ejército cristiano, que derrotó por completo a sus adversarios. Apenas conocida la noticia del triunfo del ejército cristiano, el Papa Pío V no dudó en atribuir la victoria a la Virgen por lo que, en agradecimiento, incorporó la advocación a las letanías lauretanas, tal como lo dijimos anteriormente[2].
Otra intervención clamorosa de la Virgen como María Auxiliadora de los cristianos sucedió en el año 1600: los católicos del sur de Alemania hicieron una promesa a la Virgen de honrarla con el título de “Auxiliadora” si los libraba de la invasión de los protestantes y hacía que se terminara la terrible Guerra de los Treinta años. La Madre de Dios les concedió ambos favores y pronto había ya más de setenta capillas con esta advocación.
En el año 1683 los católicos obtuvieron una gran victoria en Viena contra los enemigos de la religión, y en acción de gracias fundaron la asociación de María Auxiliadora, la cual existe hasta el día de hoy en más de sesenta países.
La Virgen también auxilia a los Siervos de los siervos de Dios, esto es, los Papas. Ocurrió que en el año 1814 el Papa Pío VII se encontraba prisionero del general francés Napoleón Bonaparte; el Papa le prometió a la Virgen que el día que llegara a Roma, en libertad, lo declararía fiesta de María Auxiliadora. Inesperadamente el pontífice quedó libre, llegando a Roma el 24 de mayo, por lo que declaró que, desde entonces, el 24 de mayo se festejara a la Madre de Dios en su advocación de “María Auxiliadora de los cristianos”.
Como no podía ser de otra manera, los santos experimentaron, en propia persona, la particular protección y amor maternal de la Virgen. En 1860 la Santísima Virgen se le apareció a San Juan Bosco para pedirle que y le pidió que le construyera un templo y que la invocara con el título de “Auxiliadora” en Turín, Italia[3]. El santo comenzó la construcción del templo pedido por la Virgen con la suma de ¡tres monedas de veinte centavos cada una! Sin embargo, fueron tantos y tan grandes los milagros que María Auxiliadora empezó a obtener a favor de sus devotos, que en sólo cuatro años estuvo terminada la Gran Basílica. San Juan Bosco solía decir: “Cada ladrillo de este templo corresponde a una gracia de la Santísima Virgen”. Precisamente, desde este Santuario fue que se extendió por todo el mundo la devoción a María bajo el título de “Auxiliadora de los Cristianos”, llegando a ser en nuestros días una de las devociones más populares. San Juan Bosco decía: “Propagad la devoción a María Auxiliadora y veréis lo que son milagros” y recomendaba repetir muchas veces esta pequeña jaculatoria: “María Auxiliadora, rogad por nosotros”, afirmando que los que repiten muchas veces esta jaculatoria consiguen grandes favores del cielo. Desde entonces, el título de Auxiliadora aparece en la vida de Don Bosco y en su obra, siendo en su condición de Auxiliadora la visión propia que Don Bosco tiene de María.
Como podemos ver, la Virgen en su advocación de “María Auxiliadora” ha hecho honor a su nombre, sin dejar de auxiliar, no solo a los cristianos de modo individual, sino a toda la Iglesia y a toda la cristiandad, y esto no una sola vez, sino innumerables veces a lo largo de la historia. Hoy, en nuestros días, esta advocación de Nuestra Madre celestial es más actual que nunca, puesto que no solo el mundo está en peligro de graves calamidades –entre ellas, es cada vez más cercana la realidad de una Tercera Guerra Mundial, la cual será nuclear y por lo tanto, devastadora-, sino que vive también, actualmente, bajo la sombra de una enorme secta luciferina, la Nueva Era, que como un gigantesco pulpo, extiende sus tentáculos por todo el mundo para lograr, mediante la difusión del gnosticismo y el ocultismo, la consagración del mundo a Lucifer. Pero no solo el mundo está en peligro, sino también la Iglesia de Jesucristo, la Esposa Mística del Cordero, está en grave riesgo, puesto que sufre los embates del infierno bajo la forma de un gnosticismo que rechaza la gracia de Dios, la divinidad de Jesucristo, su Presencia real en la Eucaristía, la mediación y condición de María Virgen y Madre de Dios, y prácticamente todos los dogmas de la Iglesia, pretendiendo reformar los Sacramentos y hasta las mismas Escrituras. Hay quienes, desde dentro de la Iglesia, pretenden cambiar hasta la noción misma de Dios, y pretenden suplantar el Santo Sacrificio del Altar, renovación incruenta y sacramental del Santo Sacrificio de la Cruz, por una ceremonia en la que se suprimiría la Transubstanciación, cumpliéndose así la profecía de Daniel: “la abominación de la desolación” en el santuario de Dios. Por estos motivos, hoy más que nunca, es actual la advocación de María Auxiliadora de los cristianos y la jaculatoria que nos enseñara San Juan Bosco: “María Auxiliadora, rogad por nosotros”.

martes, 24 de mayo de 2016

María, Auxiliadora de los cristianos


         Desde las Bodas de Caná, en donde la Madre de Dios intervino intercediendo ante la Santísima Trinidad en favor de los esposos, para que Dios Hijo fuera autorizado por Dios Padre para realizar su primer milagro público, para manifestar el Amor de Dios Espíritu Santo para con los hombres, la Virgen se ha constituido en “Auxiliadora de los cristianos”.
         De entre todas las numerosísimas ocasiones en las que María Santísima ha acudido en auxilio de los cristianos con su ayuda maternal y sobrenatural, se destacan dos intervenciones suyas en las que toda la cristiandad es la que se pone a salvo gracias a su intervención; aunque hay una tercera que, podemos decir así, se encuentra en curso, debido a que se refiere al fin de los tiempos. Es decir, la particularidad es que dos de ellas ya sucedieron en el tiempo, mientras que la otra está en curso. La primera, la que ya se dio en la historia, es la derrota, por su intercesión, de las tropas turcas musulmanas que, en número muy superior, estaban a punto de invadir Europa, para imponer por la violencia el Islam y la ley de la sharia, destruyendo todo vestigio de catolicismo. Se trata de la famosa Batalla de Lepanto, en la que la cristiandad venció gracias a la intervención de la Madre de Dios, luego de enfrentar a los turcos musulmanes por las armas, pero sobre todo, haciendo frente con un arma infinitamente más poderosa que las armas materiales, y es el arma espiritual del Santo Rosario. En efecto, en esa oportunidad, el Santo Padre Pío V, ante la inminencia del ataque musulmán a la Europa católica, ordenó que, además de hacer frente a la invasión con la flota de las naciones católicas europeas, toda la cristiandad rezara el Rosario pidiendo el triunfo de las armas cristianas, lo cual finalmente sucedió el 7 de Octubre de 1571. A partir de entonces, el Santo Padre decretó que ese día como la fiesta del Santo Rosario, en recuerdo del auxilio celestial concedido por María Santísima, a quien el Papa y la Iglesia toda le atribuyó tan magnífica victoria. En 1573 el Papa Pío V estableció que se instituyera la fiesta de acción de gracias por la grandiosa victoria del cristianismo sobre el islamismo, decisiva para frenar las intenciones expansivas de este último, victoria que, como dijimos, desde un primer momento fue atribuida a la Virgen, sin cuyo auxilio el triunfo de las armas cristianas hubiera sido imposible. Además, el Papa San Pío V decide incluir el título de Auxiliadora a las Letanías de Loreto en 1571, por el mismo motivo, esto es, en agradecimiento a la Virgen por la victoria de la flota cristiana, que era muy inferior en número a los turcos musulmanes durante la batalla de Lepanto.
La segunda intervención, similar a la de la Batalla de Lepanto, sucedió a fines del siglo XVII: el emperador Leopoldo I de Austria, asediada la capital Viena por un inmenso ejército de 200.000 turcos otomanos, se refugió en el Santuario de María Auxiliadora en Pasau, y luego de planificar la batalla el 8 de septiembre, natalicio de la Virgen, y encomendándose a María Auxiliadora, los cristianos se lanzaron a la batalla, obteniendo una completa victoria y la liberación de Viena el 12 de septiembre, fiesta del Santo Nombre de María, Viena fue finalmente liberada. Toda Europa se había unido con el emperador gritando “¡María, Auxilio!” y rezando el Santo Rosario, por lo que esta gran victoria también se atribuyó a María Santísima.
         La intervención de la Virgen como “Auxiliadora de los cristianos” –y que decimos que todavía está en curso- inicia en el año 1860, año en el que Nuestra Señora se le aparece a San Juan Bosco, pidiéndole que precisamente se la honre con este título: “María, Auxiliadora de los cristianos”. El 14 de mayo de 1862, Don Bosco soñó acerca de las batallas de la Iglesia tendría que enfrentar en los últimos días. En su sueño, el Papa de esos tiempos anclaba el “buque” (que era la Iglesia) entre dos pilares. Uno de los pilares tendría en su parte superior una estatua de María Auxilio de los cristianos y el otro pilar tenía una gran Hostia eucarística. Según sus propios relatos, Don Bosco vio que una gran barca (la Iglesia) navegaba en un mar tempestuoso piloteada por el Romano Pontífice, y a su alrededor muchísimas navecillas pequeñas (los cristianos). De pronto aparecieron un sinnúmero de naves enemigas armadas de cañones (el ateísmo, la corrupción, la incredulidad, el secularismo, el gnosticismo de la Nueva Era, las sectas, el ocultismo, etc., etc.) y empezó una tremenda batalla. A los cañones enemigos se unen las olas violentas y el viento tempestuoso. Las naves enemigas cercan y rodean completamente a la Nave Grande de la Iglesia y a todas las navecillas pequeñas de los cristianos. Y cuando ya el ataque es tan pavoroso que todo parece perdido, emergen desde el fondo del mar dos inmensas y poderosas columnas (o pilares). Sobre la primera columna está la Sagrada Eucaristía, y sobre la otra la imagen de la Virgen Santísima. La nave del Papa y las navecillas de los cristianos se acercan a los dos pilares y asegurándose de ellos ya no tienen peligro de hundirse. Luego, desde las dos columnas sale un viento fortísimo que aleja o hunde a las naves enemigas, y en cambio a las naves amigas les arregla todos sus daños. Todo el ejército enemigo se retira derrotado, y los cristianos con el Santo Padre a la cabeza entonan un Himno de Acción de Gracias a Jesús Sacramentado y a María Auxiliadora. El sueño es detallado e incluye a varios papas. Con respecto a este sueño, decía así Don Bosco: “La Iglesia deberá pasar tiempos críticos y sufrir graves daños, pero al fin el Cielo mismo intervendrá para salvarla. Después vendrá la paz y habrá en la Iglesia un nuevo y vigoroso florecimiento”[1].
         ¿Corresponde esta visión a nuestros días? Pensamos que sí. Hoy, en nuestros días, podemos decir que la cristiandad está en gravísimos peligros, no solo similares a los de las invasiones musulmanas de las Batallas de Lepanto y Viena, puesto que los yihadistas –la facción beligerante del Islam- no solo atacan[2] y amenazan continuamente a Europa[3] y al Vaticano –la secta ISIS amenazó con llevar a cabo ejecuciones masivas en la Plaza San Pedro[4], además de amenazar directamente al Santo Padre[5], quien a su vez denunció que estamos viviendo “una Tercera Guerra Mundial por partes”[6]- sino que además se suma -además de estos ataques materiales-, una poderosa embestida en el plano espiritual a cargo de la secta luciferina llamada “Nueva Era”, “New Age”, o “Conspiración de Acuario”, que por medio del antiguo error gnóstico ha conseguido con gran éxito implantar la idea, incluso entre los cristianos, de que no son necesarios ni la Iglesia, ni tampoco los Sacramentos y mucho menos un Salvador. A esto se suman las recientes afirmaciones del Papa Benedicto XVI acerca de que “en la Iglesia se atraviesa una profunda crisis, como consecuencia de haber perdido la fe en la eterna condenación en el infierno”[7]. Sumado a esto, y en una situación jamás vista en dos mil años de vida de la Iglesia, asistimos azorados al espectáculo de contemplar cómo, desde su mismo seno, se intentan cambiar la fe, los dogmas y los sacramentos –como el del matrimonio y la confesión sacramental-, haciendo así realidad las palabras proféticas del Papa Pablo VI: “El humo de Satanás ha entrado en la Iglesia”[8].
         Hoy, más que nunca, numerosos peligros acechan a la Iglesia y a la cristiandad toda, por lo que hoy, más que nunca, elevamos nuestras súplicas a María Santísima y le decimos: “¡María, Auxilio de los cristianos, ruega por nosotros!”.



[1] http://www.corazones.org/santos/juan_bosco_historias.htm
[2] Cfr. http://www.infobae.com/2015/11/14/1769719-por-que-el-estado-islamico-eligio-paris-un-atentado-terrorista
[3] Cfr. http://www.clarin.com/mundo/Europa-yihadismo-explosivos-ataques-masivos_0_1582641765.html
[4] “Llegaremos a Roma y haremos ejecuciones masivas”, dice miembro de ISIS en entrevista; cfr. https://www.aciprensa.com/noticias/llegaremos-a-roma-y-haremos-ejecuciones-masivas-dice-miembro-de-isis-en-entrevista-61510/
[5] ISIS amenaza de muerte al Papa: “Conquistaremos Roma”; cfr. https://noticias.terra.com.ar/mundo/isis-amenaza-de-muerte-al-papa-conquistaremos-roma,a89e8c443edf5239c6479ed61d6a2fb565jbtu5z.html
[6] Cfr. Papa Francisco; http://es.catholic.net/op/articulos/54201/cat/763/el-papa-francisco-denuncia-que-estamos-viviendo-una-tercera-guerra-mundial.html
[7] Cfr. http://catholicvs.blogspot.com.ar/2016/03/el-papa-emerito-benedicto-xvi-rompe-su.html
[8] Cfr. http://forosdelavirgen.org/71312/como-podemos-interpretar-lo-de-pablo-vi-que-el-humo-de-satanas-se-infiltro-en-la-iglesia-2013-10-26/