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sábado, 12 de octubre de 2013

Los Nombres de la Virgen María (I): Madre de Dios de Vladimir o Nuestra Señora de la Ternura



Fiesta: 1 de enero
Descripción de la imagen
            La Virgen, que sostiene entre sus brazos al Niño Dios, mira hacia adelante, hacia un punto indefinido, meditando en la futura Pasión de su Hijo. Lleva un hábito negro que desde la cabeza cae sobre los hombros y cubre el cuerpo entero. Tiene ribetes dorados, y tres estrellas, una en la frente y las otras dos en los respectivos hombros, aunque la estrella del hombro derecho no puede visualizarse, debido a que está oculta  por el Cuerpo del Niño Jesús. Abraza a su Hijo con gesto dulce, delicado, maternal, dando origen a uno de los nombres del icono: “Nuestra Señora de la Ternura”. El Niño, a su vez, se aferra a su Madre con fuerza y con ansias: su brazo derecho busca el hombro izquierdo de la Virgen, mientras que con el brazo izquierdo busca rodear su cuello. El Niño viste una túnica dorada, símbolo de la divinidad que posee desde la eternidad, al ser engendrado como Dios Hijo –no creado- por Dios Padre.
            Como todo icono, este lleva también las inscripciones en griego, cerca de los protagonistas del icono, para identificarlos. En este caso, MP OY [Mater Theou]: Madre de Dios, y IC XC [Iesus Jristos]: Jesucristo.
            El fondo del icono es de color dorado, representación, al igual que el vestido del Niño, de la divinidad.

Significado espiritual de la devoción
En este ícono, llamado “Nuestra Señora de la Ternura” y también “Madre de Dios de Vladimir”, la Virgen nos habla de la Trinidad, representada en las estrellas que forman, en su disposición, entre su frente y sus hombros, un triángulo. Las estrellas, que son tres en total, se disponen en el velo que cubre la frente, y en el velo que cae sobre sus hombros.
A través del ícono, la Virgen nos habla de la Trinidad por un doble camino: por un lado, Ella es el Tabernáculo Sagrado en el cual inhabita Dios Uno y Trino; por otro, Ella es el Portal de la eternidad, por el cual el misterio de la Santísima Trinidad se nos hace presente y visible en su Hijo Jesús.
La Santísima Trinidad devela su misterio sobrenatural a través de la Madre de Dios, porque es a través de María Santísima que el plan divino de salvación de Dios Uno y Trino comienza a gestarse, y es a través del fruto de sus entrañas, Cristo Jesús, por quien el misterio de la Trinidad se nos revela: en Ella se encarna Dios Hijo, por voluntad del Padre, llevado por Dios Espíritu Santo.
Las tres estrellas en María Santísima nos hablan entonces del misterio de la Santísima Trinidad, misterio que inhabita en Ella y que por Ella nos es revelado, manifestado, comunicado y donado. El misterio de la Trinidad, insondable e inaccesible, se nos hace presente y vivo a través de María, porque es por Ella por quien la Trinidad decide iniciar su plan de salvación y redención.
Cada una de las estrellas representa a una Persona de la Trinidad: la de la frente, al Padre; la del hombro izquierdo, al Espíritu Santo, y la del hombro derecho, a Dios Hijo. La estrella que corresponde al hombro derecho, en donde se encuentra el cuerpo del Niño Dios, no se ve, y no se ve por este motivo: porque está oculta por la figura del Niño.
Es decir, el Niño, que está en brazos de María, más específicamente en el brazo derecho de la Virgen, oculta la estrella derecha de su manto, pero este ocultamiento, lejos de ser un ocultamiento, como pudiera parecer, es en realidad una manifestación, porque la estrella, que simboliza a la Persona Divina del Hijo, se ha manifestado ya en la carne y en el cuerpo del Niño Dios y se ha hecho visible en su misterio oculto.
Antes de la Virgen María, la estrella que se ubica en el hombro derecho de su manto, esto es, Dios Hijo, permanecía como estrella; ahora, a través de la Virgen María, la Estrella se nos revela en su esplendor, en su majestad, en su magnificencia: esa estrella oculta, que ahora se revela, es el Niño Dios, Jesús de Nazareth, Aquel que luego, ya adulto, dará su vida en la cruz por amor a nosotros.
El ícono, además de llamarse “Madre de Dios de Vladimir”, lleva el nombre de “Nuestra Señora de la Ternura”, no sólo por la ternura y el amor que la Virgen demuestra al Niño, quien la abraza a su vez con amor, sino porque la ternura infinita y el amor infinito y eterno de Dios Uno y Trino por la humanidad se materializan en la Virgen y en su Niño, puesto que ellos son el don del amor divino para la humanidad.
Otro elemento para rezar con este ícono son las manos de la Virgen: con su mano derecha, sostiene a su Hijo, y con su mano izquierda, lo señala. Estos dos actos de la Virgen relacionadas con su Niño son en realidad actos dirigidos también a nosotros: así como sostiene a su Hijo, así nos sostiene a nosotros, que somos hijos de Dios por el Bautismo, y su gesto de señalar a Jesús, es para que nosotros sepamos que sólo unidos a Él, en el amor de Dios, habremos de salvarnos; sólo por Él, y en Él, llegaremos al cielo, a la comunión con el Padre, en el Amor del Espíritu Santo.

Oración a Nuestra Señora de la Ternura
Oh Madre de Dios,
Nuestra Señora de la Ternura,
Que llevaste en tus brazos
A Jesús, el Niño Dios,
Dios hecho Niño
Sin dejar de ser Dios,
Y lo confortaste con la dulzura interminable
De tu maternal Corazón Inmaculado,
Cuando, angustiado al entrever la Pasión,
el Niño buscó refugio en Ti;
¡llévanos también entre tus brazos,
Oh Santa Madre de Dios,
a nosotros, pobres pecadores,
para que las tribulaciones de la vida
no nos aparten nunca

de la Cruz de Jesús. Amén.

lunes, 28 de marzo de 2011

Oremos con el icono de la Madre de Dios La cultivadora de la cosecha

Icono de la Madre de Dios
"La cultivadora de la cosecha"

Según la historia de este icono, a través de él se produjeron numerosos milagros, entre los cuales se destacan aquellos por los cuales se evitó que mucha gente muriera de hambre. En él, se representa a la Madre de Dios, que aparece sentada en un trono de nubes, en el cielo, extendiendo sus brazos sobre el campo, en actitud de bendecir. Hacia abajo, aparece un campo de trigo abundante y robusto.

Podemos rezar con este icono teniendo en cuenta qué representa, además de los milagros que hizo, comparándolos con los misterios sobrenaturales de la Madre de Dios, ya que entre el icono y la Virgen hay semejanzas, pero también diferencias.

Por ejemplo, en el icono, la Virgen bendice un campo de trigo, con el cual luego se hará el pan, y por eso es llamada “La cultivadora de la cosecha”, ya que su bendición permite una cosecha abundante, y de hecho, los milagros atribuidos al icono impidieron que mucha gente muriera de hambre; en la realidad, la Virgen es la “Bendita entre todas las mujeres”, porque en su seno virginal crece el Hijo de Dios, quien luego se donará al mundo como Pan de Vida eterna. El Hijo de la Virgen María, al sufrir la Pasión, será como “el grano de trigo que cae en tierra” para dar fruto: morirá en la cruz, y luego resucitará, para dar vida a los hombres por medio del don de su Cuerpo y de su Sangre.

En el icono, la Virgen aparece sentada en un trono, con los brazos extendidos, bendiciendo un campo de trigo, y por esta bendición sobre el campo, el trigo crecerá fuerte y sano, y servirá para hacer el pan de la mesa que saciará el hambre de muchos. En la realidad, la Virgen no bendice un campo de trigo del cual sale el pan, sino que de Ella, que es la Llena de gracia, surge, milagrosamente, como un rayo de sol atraviesa un cristal, su Hijo, el Niño Pre-eterno, el cual se donará a sí mismo como Pan Vivo bajado del cielo, para saciar no el hambre corporal, sino el hambre espiritual de Dios de muchos, que así serán salvados.

El trigo del campo que aparece en el icono será luego cosechado para ser triturado y luego horneado al fuego, y se convertirá en pan; Cristo, el fruto bendito y santo de las entrañas virginales de María, será triturado en la Pasión, y luego su Cuerpo será abrasado por el fuego del Espíritu Santo en la resurrección, y como Pan Vivo que da la Vida eterna será entregado en la mesa del banquete celestial, la Santa Misa, para no solo calmar el hambre espiritual, sino para dar la vida eterna a quien lo consuma.

Podemos orar con este icono también a partir de la posición y el rol que la Madre de Dios ejerce en él: la Madre de Dios aparece sobre un abundante campo de trigo, y esto nos recuerda a la Santa Misa, porque si de un campo de trigo se obtiene la materia para hacer el pan que luego se ofrece en la mesa, en la Santa Misa se ofrece un pan hecho de trigo, pero que por el poder de Dios, se convierte en el Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo. El icono nos hace pensar en la misa, porque así como en el icono la Madre de Dios aparece extendiendo los brazos, en actitud orante, sobre el campo de trigo, y como consecuencia, del campo se saca abundante pan que sacia el hambre, así en la Santa Misa el sacerdote extiende sus brazos, en actitud orante, en la consagración, y de la Santa Misa se saca un Pan de Vida eterna que sacia con creces el apetito que de Dios tiene el espíritu humano.

domingo, 20 de marzo de 2011

Oremos con el icono de la Madre de Dios Hodegetria o La que muestra el Camino



Según la Tradición, este ícono de la Madre de Dios “Hodegetria” o “Ella que muestra el camino”, fue pintado por el apóstol san Lucas.

Recibe su nombre debido a un milagro de la Virgen. Cuenta la historia que María se les apareció a dos hombres ciegos y los condujo hasta la sagrada imagen, en donde recobraron la vista.

¿Qué es lo que nos dice este icono? ¿Cómo podemos rezar con él?

Para saber qué es lo que nos dice, y para saber cómo podemos rezar, debemos considerar el milagro acaecido a través de la imagen, la curación de la ceguera corporal de dos ciegos.

Ante todo, hay que tener en cuenta que la ceguera corporal es figura de la ceguera espiritual; con esta primera consideración, podemos tratar de determinar qué es lo que nos dice la imagen.

El hecho de que la Madre de Dios se apareciera a dos no videntes significa que es Ella la que conduce a la luz de la fe a aquellos que no la poseen y que por lo tanto viven en las tinieblas del mundo. El icono, con el milagro de la curación de los ciegos corporales, nos estaría diciendo que es la Virgen quien concede la luz de la fe para que se pueda contemplar a la Luz del mundo, Jesucristo.

Pero hay otro elemento más, también sobrenatural, con el cual podemos rezar, y ese elemento es el mismo icono “Hodegetria”, y es por esto que tenemos que considerar qué es lo que significa un icono en general, para aplicarlo a este en particular.

Según la historia de esta imagen, los dos ciegos, conducidos por la Madre de Dios, recobraron la vista una vez delante del ícono. Esto es una prefiguración de cómo el icono es una puerta abierta al mundo sobrenatural de la gracia y de la vida divina: así como los ciegos recuperan la vista delante de él, así, quien contempla un icono puede recibir el don de la fe en Cristo Jesús, y esto se debe a que un icono no es una pintura cualquiera, ni es un cuadro pictórico que se compone según las técnicas humanas. Es una ventana a lo sobrenatural, a la vida de la gracia, a la vida de Dios y de Cristo. No es un cuadro religioso: es una imagen celestial inspirada desde el cielo, que conduce al cielo; si bien posee elementos terrenos —naturaleza, objetos, seres humanos—, conduce al cielo a través de lo que ha sido pintado. Los ciegos fueron guiados por la Virgen y recobraron la vista delante del icono de la Madre de Dios y de su Hijo Jesucristo: cuando pudieron ver, tenían delante de sí a la Madre de Dios y a Jesús en el icono, y esto en sí mismo es un milagro dentro de un milagro, porque al milagro de recobrar la vista corporal se le suma el de contemplar, con los ojos de la fe, a la Madre de Dios y a su Hijo, Cristo Dios. El hecho de que es el icono lo primero que ven los ciegos, ya curados, con sus ojos corporales, es un símbolo de quien abre sus ojos a la verdadera fe: contempla a la Madre de Dios y a su Hijo Jesucristo.

Pero además, este episodio, con la sagrada imagen como protagonista, representa otras realidades sobrenaturales: el don de la fe en Cristo como Hombre-Dios, y el don de la fe en la Iglesia como dadora del don eucarístico, porque así como los ciegos fueron guiados por la Virgen María y recuperaron su vista ante la imagen del icono, así quienes se dejan guiar por la Madre de Dios recibirán la fe en su Hijo Jesucristo. Y de un modo análogo, quienes se dejen conducir dócilmente por la Santa Madre Iglesia, llegarán a la luz en el conocimiento de Cristo Eucaristía.

Por último, si bien es la Virgen la que indica el camino, lo que nos dice el icono es que Ella no es el camino, sino “La que muestra el camino” que conduce a Jesucristo. Quien se deja conducir dócilmente por María, en medio de las tinieblas del mundo, es llevado a contemplar la luz eterna, que es su Hijo Jesucristo, “Dios de Dios, Luz de Luz”. La Virgen señala un camino, y es Jesús el Camino de luz eterna señalado por Ella en el icono.

El ícono “Hodegetria” es una fuente de gracia para los que buscan a Dios: abre nuestros ojos del alma para que contemplemos a la Madre de Dios, que nos dona a su Hijo Jesucristo en la Eucaristía.