Cuando
la Madre de Dios se le apareció a Santa Catalina Labouré, le pidió que hiciera
acuñar una medalla según lo que veía en el momento de la aparición. Esto quiere
decir que el diseño de la Medalla Milagrosa no es una ocurrencia de la santa ni
un invento de ser humano alguno: el diseño de la Medalla Milagrosa es de
exclusiva autoría de Dios Trino, que la dio a conocer a través de la Virgen. Esto
es lo que la hace tan especial a esta medalla y es lo que le proporciona su
valor sobrenatural. Teniendo en cuenta esta observación, nos referiremos al mensaje
espiritual de la Medalla Milagrosa, contenido en los símbolos que aparecen[1].
1. Triunfo sobre Satanás: En el anverso
de la Medalla Milagrosa aparece la Virgen sobre el mundo y aplastando con los
pies la cabeza de la serpiente, lo cual indica que la Virgen es la Mujer del
Génesis que “aplasta la cabeza de la serpiente” (cfr. Gn 1, ). La Virgen posee
este poder, debido a que es Dios Trino quien la hace partícipe de su
omnipotencia. Quien lleva la Medalla, es protegido por la Virgen de las
acechanzas del Demonio.
2.
Evoca el Apocalipsis: la Virgen es también la “Mujer revestida de sol”
descripta en el Apocalipsis, y esto está significado por las doce estrellas
dispuestas a modo de corona sobre cabeza de María. El revestimiento de sol de
sol significa en la Virgen su condición de ser la Llena de gracia y de estar
inhabitada por el Espíritu Santo desde su Concepción Inmaculada. Los hijos de
la Virgen, como su Madre, están llamados también a vivir en gracia y a estar
inhabitados por el Espíritu Santo, y la Medalla, además de ser un recordatorio
de este llamado, es un sacramental que dispone al alma para recibir la gracia.
3.
Rayos de gracias: En la Medalla, la Virgen aparece con las manos extendidas, con
los rayos saliendo de sus manos, como representación de las gracias que Ella
concede a quien se lo pide con fe y con amor. La Virgen es Mediadora de todas
las gracias y esto quiere decir que no hay ninguna gracia, por pequeña o grande
que sea, que no pase a través de María, por lo que hay que recurrir a la Virgen
para que Ella interceda por nosotros ante su Hijo Jesús. Según se lo reveló la
misma Virgen a Santa Catalina Labouré, muchos cristianos no piden gracias de
ningún tipo, por lo que la Virgen, Administradora de este inmenso tesoro
espiritual que pertenece a su Hijo Jesús, no puede concederles nada. Quien lleva
puesta la Medalla Milagrosa, recibirá sin duda alguna toda gracia que le pida a
la Virgen, aunque el tiempo en el que será concedida, sólo lo sabe Dios.
4.
Signo de la Inmaculada: la inscripción que rodea a la Medalla “Oh María, sin
pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a vos”, revela tanto el
dogma de María como Inmaculada Concepción, como su condición de Intercesora
ante Dios Trino. Llevar la Medalla de la Virgen significa reconocer a la Virgen
como Inmaculada Concepción y como Omnipotencia su plicante.
5.
La realeza de María: la Virgen es Reina del cielo y de la tierra, porque
participa de la realeza de su Hijo Jesús, Rey del cielo y de la tierra. Esta condición
real de María está representada en el globo terráqueo sobre el cual está parada
la Virgen. Los devotos de la Medalla Milagrosa, al igual que su Madre
celestial, están llamados a formar parte, como súbditos y como herederos, del
Reino de los cielos, en donde reinan Jesús y María.
6.
Madre del crucificado: la condición de María como Madre de Dios crucificado,
está representada en la letra “M”; en la cruz, misterio de la redención y en la
barra que la sostiene, que es la letra “Yota” o “I” del alfabeto griego, monograma
del nombre “Jesús”. La Virgen es también Madre de los bautizados, por lo que el
hecho de portar la Medalla Milagrosa es un recuerdo permanente, para el
cristiano, de que la Virgen es Madre de Dios y Madre de los bautizados.
7.
Los Sagrados Corazones de Jesús y María: nos recuerdan varios hechos
sobrenaturales: están dispuestos uno al lado del otro porque significa que ambos
están unidos por el Amor de Dios, el Espíritu Santo, por lo que llevar la
Medalla de la Virgen es estar, al mismo tiempo, consagrado al Sagrado Corazón
de Jesús; al estar ambos corazones rodeados de espinas, recuerdan al cristiano que
lleva la Medalla que esas espinas son la materialización de los pecados de los
hombres, lo cual constituye un motivo para alejarse de las ocasiones de pecado;
el Sagrado Corazón de Jesús está perforado por la lanza y de él brotan Sangre y
Agua, símbolos de la gracia santificante que se derrama sobre el alma por los
sacramentos: llevar la Medalla quiere decir estar dispuestos a recibir la
gracia santificante que nos viene por los sacramentos, principalmente, el Sacramento
de la Penitencia y la Eucaristía; el Inmaculado Corazón de María está
atravesado por una espada, hecho que fue profetizado por Simeón: “Una espada de
dolor atravesará tu Corazón”: esa “espada de dolor” es la Pasión de Jesús, sufrida
por nuestra salvación, por lo que la Medalla es un recordatorio del dolor provocado
a los Sagrados Corazones por nuestros pecados, para que así nos decidamos a
vivir en gracia; por último, ambos corazones están envueltos en las llamas de
Divino Amor, el Espíritu Santo, y así el que lleva la Medalla desea ser
incendiado por este fuego, que es el que vino a traer Jesús a la tierra “He
venido a traer fuego sobre la tierra, ¡y cómo quisiera ya verlo ardiendo!” (Lc 12, 49).
[1] Cfr. https://www.aciprensa.com/noticias/sepa-cual-es-el-significado-de-la-medalla-milagrosa-86220/