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martes, 12 de mayo de 2020

La Virgen de Fátima y el Infierno


13 de Mayo: Nuestra Señora de Fátima – DIM
          Cuando se trata de las Apariciones de la Virgen en Fátima, con frecuencia se dejan de lado aspectos que “molestan” a nuestro mundo actual, dominado por el agnosticismo, el ateísmo y el materialismo. Pocos se dan cuenta de la importancia del mensaje de Fátima, mensaje que comprende una clarísima y explícita advertencia, por parte de la Virgen en persona, del peligro cierto de la eterna condenación en el Infierno.
          Esta advertencia se dio explícitamente el 13 de julio de 1917, cuando en la Tercera de las Apariciones, la Virgen de Fátima mostró a los tres pastorcitos Lucía, Francisco y Jacinta, en la Cova da Iria (Portugal), una visión del infierno[1]. En otras palabras, no fue que la Virgen les contó a los pastorcitos cómo era el Infierno y cuánto sufrían quienes allí se condenaban: la Virgen en persona los condujo al Infierno a los tres niños, de manera que tuvieron una experiencia real, mística y sobrenatural del Infierno. Debemos recalcar que eran niños y que la que les hizo ver el Infierno fue la Virgen en persona: esto debe ser dicho, para quienes, timoratos y rayando en la herejía, se niegan a hablar del Infierno a los niños.
          ¿En qué consistió esta experiencia? Podemos decir que se trató mucho más que una mera visión, por más aterradora que haya podido ser: nos parece que se trató de una verdadera “visita” de los pastorcitos al Infierno, llevados por la Virgen.
Dicha experiencia se encuentra narrada en el libro “La verdadera historia de Fátima”, del P. John de Marchi: allí se relata cómo el padre de la pastorcita Jacinta, Ti Marto, presenció lo ocurrido en Cova da Iria aquel día[2]. Según el relato del P. de Marchi, el padre de Jacinta recordó que “Lucía jadeó de repente horrorizada, que su rostro estaba blanco como la muerte y que todos los que estaban allí la oyeron gritar de terror frente a la Virgen Madre, a quien llamaba por su nombre. Los niños miraban a su Señora aterrorizada, sin palabras, e incapaces de pedir socorro por la escena que habían presenciado”.
Acerca de la terrible visión que los dejó espantados, los pastorcitos la describieron a pedido del Obispo de Leiria. Así describe Lucía la visión en sus “Memorias”: “Mientras Nuestra Señora decía estas palabras abrió sus manos una vez más, como lo había hecho en los dos meses anteriores. Los rayos de luz parecían penetrar la tierra, y vimos como si fuera un mar de fuego. Sumergidos en este fuego estaban demonios y almas en forma humana, como tizones transparentes en llamas, todos negros o color bronce quemado, flotando en el fuego, ahora levantadas en el aire por las llamas que salían de ellos mismos junto a grandes nubes de humo, se caían por todos lados como chispas entre enormes fuegos, sin peso o equilibrio, entre chillidos y gemidos de dolor y desesperación, que nos horrorizaron y nos hicieron temblar de miedo (debe haber sido esta visión la que hizo que yo gritara, como dice la gente que hice). Los demonios podían distinguirse por su similitud aterradora y repugnante a miedosos animales desconocidos, negros y transparentes como carbones en llamas. Horrorizados y como pidiendo auxilio, miramos hacia Nuestra Señora, quien nos dijo, tan amablemente y tan tristemente: ‘Ustedes han visto el infierno, donde van las almas de los pobres pecadores. Es para salvarlos que Dios quiere establecer en el mundo una devoción a mi Inmaculado Corazón. Si ustedes hacen lo que yo les diga, muchas almas se salvarán, y habrá paz’”.
Luego, después de la visión, María les indicó una oración esencial para ayudar a los pecadores: “Cuando ustedes recen el Rosario, digan después de cada misterio: Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu infinita Misericordia”.
También les dijo la Virgen que “hicieran sacrificios por los pecadores” y que cuando hicieran un sacrificio, repitieran esta oración: “Oh Jesús, esto es por amor a Ti, por la conversión de los pecadores, y en reparación por las ofensas cometidas contra el Inmaculado Corazón de María”.
En las Apariciones de Fátima hay otros elementos, de suma importancia -y todavía mayor- que la visión del Infierno, como por ejemplo, la importancia de la Adoración Eucarística, entre otras cosas. Sin embargo, la experiencia mística de los pastorcitos en el Infierno se suele dejar de lado y así se presenta, en la mayoría de los casos, una visión distorsionada de las Apariciones de Fátima. Comprendida la experiencia mística del Infierno, las Apariciones de la Virgen en Fátima, lejos de ser una narración para niños antes de dormir, como se las quiere relegar, constituyen un importantísimo anuncio del Cielo acerca del peligro de eterna condenación que corren las almas cuando se alejan de Dios Uno y Trino y sus sacramentos.

viernes, 14 de octubre de 2016

La Virgen de Fátima, el baile del sol y nuestra conversión


         El día 13 de octubre de 1917 se caracterizó no solo por ser la última aparición pública formal de la Virgen de Fátima[1], sino por la realización de uno de los milagros más espectaculares de la edad moderna, conocido como el “Milagro del Sol”[2], un prodigio realizado por María Santísima, en el que el sol, entre otras cosas, pareció dirigirse velozmente hacia la tierra, como si fuera a impactar contra ella. Muy pronto, se elevaron voces en contra del milagro, aduciendo argumentos tan endebles como, por ejemplo, la “histeria colectiva”; sin embargo, debido a que los testigos del evento fueron entre unas 30.000 y 100.000 personas, el ya de por sí endeble argumento de la histeria colectiva se vuelve imposible. La razón por la cual había acudido tan grande multitud, es porque los videntes habían anunciado que al mediodía la Señora realizaría un gran milagro.
Además, el fenómeno, que duró aproximadamente diez minutos, fue relatado como absolutamente cierto por parte de la totalidad de la prensa atea y anti-clerical, que habían acudido ese día para desacreditar a los Pastorcitos y las apariciones.
¿Cómo sucedió el extraordinario suceso? Según una multitud de testigos, ese día llovió de modo considerable –las ropas estaban mojadas y el suelo convertido en barro-, luego de lo cual, desaparecieron las nubes de tormenta, para dar paso al sol. Ahora bien, este último lucía mucho más apagado que lo norma, pues se presentaba, más que radiante, como siempre, como un disco opaco, que giraba en el cielo. Al mismo tiempo que giraba, lanzaba luces multicolores al paisaje, la gente, y las nubes circundantes.
Luego sucedió algo que llenó de terror a los asistentes a Cova de Iria: en un momento determinado, en medio de la danza multicolor, el sol comenzó a dirigirse, zigzagueando, hacia la tierra, dando la impresión de que en pocos segundos se estrellaría contra nuestro planeta, lo cual provocó gritos de angustia y terror ante la inminente catástrofe. Sin embargo, se detuvo pocos segundos después, regresando a la normalidad Se informó que también zigzagueaba hacia la tierra y volvía a su posición normal. Todos los testigos coinciden en un hecho curioso, que confirmaría la inmediatez del sol con la tierra:  informaron que sus ropas -previamente mojadas a causa de la lluvia- se volvieron repentina y completamente secas, además de secarse también el barro que la lluvia había producido como consecuencia de las precipitaciones. Según comprobaron muchos investigadores, no hubo ni un solo testigo que negara “el visible prodigio del sol”.
Descartadas las versiones laicistas que intentaban negar lo evidente, con argumentos poco menos que irrisorios, y confirmado el evento extraordinario por los testimonios coincidentes de miles de personas que asistieron al prodigio, el “Milagro del sol”, realizado por la Virgen para que los escépticos de las apariciones de Fátima tuvieran pruebas ciertas de que las apariciones era verdaderas, el hecho se convirtió, hasta el día de hoy, en uno de los más grandes milagros del cielo, comparables solo a los milagros producidos por el Hijo de María Virgen, Jesús, el Hijo de Dios.
¿Qué significado espiritual podemos encontrar en este fabuloso milagro?
Ante todo, debemos decir que a la Virgen, Dios le ha concedido la participación en su omnipotencia  por lo tanto, tiene el poder participado de Dios para hacer “bailar” al sol, tal como sucedió en Fátima. Pero si la Virgen hizo este milagro, no fue para que solamente comprobáramos su poder: fue para certificar y confirmar, con un milagro de esta naturaleza, que las apariciones de Fátima –y, por lo tanto, su mensaje-, eran verdaderas  y provenían del cielo. La Virgen es Reina de cielos y tierra y, como tal, tiene el poder de hacer bailar al sol, como muestra de que lo que nos avisa en Fátima es verdad. Pero también tiene un poder mayor, y es el de suplicar a Dios por nuestra conversión, para que Dios nos dé las gracias necesarias para que nuestros corazones se conviertan al Sol de justicia, Jesucristo, y es a través de sus manos maternales que estas gracias nos llegan, al ser la Virgen “Medianera de todas las gracias”. Y lograr la conversión de nuestros corazones, como puede hacerlo la Virgen, Omnipotencia suplicante y Mediadora de todas las gracias, es un milagro inmensamente más grande que hacer que el sol baile. En otras palabras, la Virgen puede hacer un milagro infinitamente mayor que hacer bailar al sol, y es que nuestros corazones hagan un movimiento inverso al del sol en el milagro, es decir, que se dirijan desde la tierra , a toda velocidad, hacia el Sol de justicia, Jesucristo.





[1] El 13 de octubre de 1930 fueron aprobadas oficialmente como sobrenaturales las apariciones de Fátima por el Obispo de Leiría.
[2] http://forosdelavirgen.org/71034/una-explicacion-de-lo-que-sucedio-en-el-milagro-del-sol-de-fatima-2013-10-19/