jueves, 12 de septiembre de 2019

El Santísimo Nombre de María



         Si bien es cierto que a los seres humanos no se nos ha dado otro nombre para la salvación que el Santísimo Nombre de Jesús, no es menos cierto que se nos ha dado el Santísimo Nombre de María para que seamos capaces de pronunciar el nombre de Jesús. En efecto, nadie pronuncia el nombre de Jesús si no es por una gracia y la Virgen es Mediadora de toda gracia, de modo que si alguien quiere pronunciar el nombre de Jesús, debe antes pronunciar el Santísimo nombre de María.
         Además de ser el nombre que nos conduce al Salvador de la humanidad, Cristo Jesús, el Santísimo Nombre de María es el nombre dado a los hombres para ser corredimidos junto a Jesús, porque la Virgen es Corredentora junto a su Hijo Jesús y por su Hijo Jesús, de manera que quien quiera ser salvado por Jesús, debe invocar el Santísimo Nombre de María.
         El Santísimo Nombre de María nos ha sido dado a los hombres para que tengamos un arma con el cual hacer temblar en sus cimientos al Infierno todo, porque todo el Infierno se estremece de pavor ante el Nombre de María, de manera que quien quiera salir triunfante en la lucha contra los poderes infernales, debe invocar el Santísimo Nombre de María.
         El Santísimo Nombre de María nos ha sido dado a los hombres para que con él seamos unidos al triunfo de Dios sobre la Serpiente Antigua, llamada Satanás o el Diablo, porque Dios le participa a la Virgen de su omnipotencia divina y así la Virgen, si bien el Diablo le acecha el calcañar, Ella le aplasta la cabeza soberbia de Dragón, de manera que quien quiera vencer sobre el pecado, la muerte y el Demonio, debe invocar el Santísimo Nombre de María.
         El Santísimo Nombre de María nos ha sido dado a los hombres para que, por medio de Ella, Dios nos adopte como hijos suyos, porque fue en la Cruz que Cristo Jesús nos dio a María por Madre, convirtiéndose desde ese momento la Virgen en nuestra Madre amantísima del Cielo, de manera que quien quiera ser hijo adoptivo de Dios y llamar a Dios “Padre”, debe invocar el Santísimo Nombre de María.
         El Santísimo Nombre de María nos ha sido dado a los hombres para que pudiéramos adorar a la perfección a Jesús Sacramentado, porque siendo Ella la Madre del Hijo de Dios, nacido en Belén, Casa de Pan, Ella lo adora desde el primer instante de su Concepción Virginal, de manera que si alguien quiere adorar a Jesús Eucaristía, debe invocar el Santísimo Nombre de María, porque Ella es también la Madre de la Eucaristía, el Pan de Vida eterna.
         El Santísimo Nombre de María nos ha sido dado a los hombres para que, luego de participar de la Pasión de Jesús en esta tierra, seamos llevados junto con Ella a la gloria del Cielo, porque Ella es la Mujer revestida de sol, con la luna a sus pies y una corona de estrellas en la cabeza, de manera que quien quiera ingresar en la gloria del Reino de Dios, debe invocar el Santísimo Nombre de María.
         Por último, el Santísimo Nombre de María nos ha sido dado a los hombres para que, junto con Ella y en la gloria del cielo, demos gloria, honor, adoración, alabanza y amor al Cordero de Dios, de manera que quien quiera adorar al Cordero por las eternidades sin fin, debe invocar el Santísimo Nombre de María.

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