¿Por qué rezar el Santo Rosario? Aquí, algunas razones para rezar
el Santo Rosario, no un día, sino todos los días de nuestra vida.
Porque es una oración creada por la Virgen en persona, ya
que fue Ella quien le reveló el Santo Rosario a Santo Domingo de Guzmán,
enseñándole a este santo a rezarlo.
Porque la Virgen lo pide, tanto desde el momento en que se
lo reveló a Santo Domingo de Guzmán, como en cada aparición suya, a lo largo y
ancho del mundo.
Porque por el Santo Rosario contemplamos los misterios de la
vida de Jesús, desde el Anuncio de la Encarnación, hasta su Muerte y gloriosa
Resurrección y Subida al cielo.
Porque también contemplamos los misterios de la vida de la
Virgen, puesto que la vida de la Madre está indisolublemente unida a la vida de
su Hijo Jesucristo.
Porque por el Santo Rosario no solo contemplamos los misterios
de la vida de Jesús, sino que, en cierta medida, nos hacemos partícipes, por esta oración, de estos misterios divinos.
Porque el tiempo que le dedicamos al Santo Rosario, es un
tiempo que le dedicamos y damos a nuestra Madre del cielo, la Virgen, para que
Ella modele nuestros corazones y los vaya configurando a imagen y semejanza de
los Sagrados Corazones de Jesús y María.
Porque es la oración que mejor prepara al alma para
participar de la Gran Oración, la más grandiosa de todas las oraciones de la
Iglesia, la renovación incruenta y sacramental del Santo Sacrificio de la Cruz, la Santa Misa.
Porque rezar el Santo Rosario implica rezar no desde nuestra
soledad y nada, sino que es la Virgen en persona quien guía nuestra oración, lo
cual significa que el Santo Rosario lo rezamos con María, en María y para
María.
Porque después de la Santa Misa y la Adoración Eucarística,
el Santo Rosario es la Escalera que nos lleva en forma directa al cielo.
Porque por el rezo del Santo Rosario le regalamos, a nuestra
Madre del cielo, la Virgen, decenas de rosas espirituales –eso es lo que
significa la palabra “Rosario”, corona de rosas- y eso es algo que agrada profundamente
a María Santísima.
Porque por el rezo del Santo Rosario pedimos por lo que
necesitamos, tanto en el plano material como en el espiritual; además, por su
rezo, la Virgen nos libra del Enemigo de las almas, el Demonio, ya que éste
huye cobardemente al ser invocado el Dulce Nombre de María; por último,
recibimos abundantes gracias espirituales.
Porque por el Santo Rosario no sólo agradamos a nuestra
Madre del cielo con las Avemarías, sino que honramos a Dios Padre en el rezo
del Padrenuestro, glorificamos a la Trinidad con el Gloria y así nos unimos a
la glorificación que de la Trinidad y del Cordero hacen constantemente los
Ángeles del cielo.
Porque por el rezo del Santo Rosario nos dirigimos a la
Virgen, Mediadora de todas las gracias, que por esta oración nos alcanza las
gracias necesarias para nuestra salvación eterna y la de nuestros seres
queridos, además de que alcanzamos un refrigerio espiritual para las Benditas
Almas del Purgatorio.
Porque por el Santo Rosario no sólo recibimos las gracias
para vivir las Bienaventuranzas del Evangelio, sino que disponemos nuestras
almas para superar, con la gracia de Dios, el Juicio Particular y así luego
ingresar en el Reino de los cielos.
Éstas son, entonces, algunas de las razones para rezar el
Santo Rosario, todos los días de nuestra vida terrena, hasta el último día de
nuestro paso por la tierra.
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