miércoles, 19 de septiembre de 2018

Nuestra Señora de la Merced



         La Orden de la Merced se creó para rescatar a los que se encontraban cautivos por los musulmanes. En nuestros días, aunque sigue existiendo persecución contra los cristianos por parte de los musulmanes, no se continúa con ese tipo de rescate. Sin embargo, la Virgen de la Merced continúa siendo redentora de cautivos, porque hoy las almas están prisioneras por muchísimas cadenas tendidas por el demonio: están prisioneras por el pecado, por el materialismo, por el hedonismo, por el ateísmo, por el ocultismo. Hoy vemos almas que se han tatuado el cuerpo con ídolos demoníacos como la Santa Muerte, el Gauchito Gil, la Difunta, o diversos ídolos: todas esas almas han hecho un pacto, consciente o inconsciente, con Satanás, han profanado sus cuerpos y los han entregado al demonio. Hoy vemos almas entregadas al alcohol, a las drogas, a la lujuria, y esas también son almas cautivas por el Demonio. Hoy vemos almas que apostatan, abandonan la Iglesia, borran sus nombres de los libros de bautismo, o bien directamente ni vienen a misa, ni se confiesan, ni comulgan. Son almas que están esclavizadas por el mal, están encadenadas con las cadenas de Satanás. Por esta razón, aunque no existan los mismos motivos por los cuales se creó la Orden de la Merced, siguen existiendo esclavos espirituales del mal, de las falsas religiones, de las sectas, de los ídolos demoníacos y la única que puede liberarlos de esas esclavitudes espirituales es la Virgen de la Merced, con el poder de Nuestro Señor Jesucristo. Acudamos a Ella para pedirle su misericordiosa intercesión y que, teniendo piedad por estas almas, las libere de toda esclavitud y les restituya la libertad de los hijos de Dios.

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