viernes, 23 de enero de 2015

María, Reina de la paz


¿Por qué María es Reina de la paz?
María es Reina de la paz porque por Ella nos vino el Rey de la paz, Cristo Jesús, quien con su Cuerpo crucificado, abatió al muro de odio que se alzaba entre los hombres, y con su Cuerpo sacramentado, dona a los hombres su Espíritu, el Espíritu Santo, el Amor de Dios, que los une a Dios y a los prójimos en el Amor Divino.
María es Reina de la paz porque siendo la Madre de Dios, fue hecha partícipe de la omnipotencia divina, y por este motivo, ante su presencia y ante su solo nombre, el infierno entero tiembla de terror y huye despavorido, porque Ella es la “Mujer del Génesis” que, con su delicado pie femenino, aplasta la cabeza soberbia del Dragón infernal (cfr. Gn 3, 15), instigador del odio, la guerra, la división y la muerte entre los hombres, y así, al aplastar la cabeza de la Serpiente, promotora de guerras y discordias, la Virgen, María Santísima, es Reina de la paz.
María es Reina de la paz, porque a través de Ella, que es la Medianera de todas las gracias, nos llega la gracia santificante, que concede al alma la verdadera paz, la paz de Jesucristo, la paz profunda del espíritu, la paz que sobreviene al alma cuando por efecto de la gracia, el alma se ve libre de aquello que le quitaba la paz y la volvía enemiga de Dios, el pecado, al tiempo que la hace partícipe de la vida feliz que brota del Ser trinitario de Dios, y así es como el alma se alegra y reposa y recibe consuelo, y vive en la paz de Cristo Dios, porque María, Reina de la paz, ha intercedido por ella, para que reciba la gracia santificante.

María es Reina de la paz porque Ella, que es Madre de Dios, es también Madre de todos los hombres, y puesto que se convierte en Madre de todos los hombres al pie de la cruz, es allí donde concibe virginalmente y da a luz milagrosamente, en su Corazón Inmaculado, a sus hijos adoptivos, que son los hijos de Dios, que provienen de toda raza, de todo lugar y de todo tiempo; allí, al pie de la cruz, y luego de concebir a sus hijos al adoptarlos por el Amor que inhabita en su Inmaculado Corazón, la Virgen los alimenta con el Pan de Vida eterna, con la Carne del Cordero de Dios, y les da a beber unas gotas de Vino y un poco de Agua, la Sangre y Agua que brotan del Corazón traspasado de su Hijo, y así la Virgen se convierte en Reina de la paz, porque este alimento celestial con el cual Ella nutre a sus hijos, es la Eucaristía y la Eucaristía es Jesús, Dios Encarnado, Rey de la paz, que dona su paz a los hijos de Dios.
Por todos estos motivos, María es Reina de la paz.