martes, 6 de noviembre de 2012

“Hijo, no tienen vino; no tienen fe”



“Hijo, no tienen vino; no tienen fe” (Jn 2, 1-11). La intervención de María Santísima en las bodas de Caná logra arrancar un milagro a Jesús, a pesar de su reticencia inicial, y esto demuestra su poder intercesor, sin límites, frente a su Hijo Jesús. A pesar de que Jesús no quiere hacer el milagro e intenta incluso desentenderse de la situación de los esposos, argumentando que “su hora no ha llegado todavía”, la Virgen María consigue que Jesús obre un maravilloso milagro a favor de los cónyuges, convirtiendo el agua en vino.
Este milagro nos hace ver el inmenso poder intercesor de María Santísima no solo frente a Jesús, sino ante la Santísima Trinidad, porque la reticencia de Jesús se debía a que no había llegado “su hora”, es decir, la hora decretada por el Padre, y el hecho que realice el milagro a pesar de no ser su hora, da cuenta de que es toda la Santísima Trinidad, en pleno, que se ha rendido ante la amorosa intercesión de María Virgen.
Pero la intervención de la Virgen tiene otro significado, también sobrenatural, además de demostrar su condición de Omnipotencia Suplicante: las tinajas vacías son símbolo de los corazones humanos vacíos de la fe en Cristo Dios, y el vacío significa la vida sin esa fe, una vida carente de sentido, sin horizonte de eternidad, sin siquiera vislumbrar el destino de eterna felicidad al cual llama a cada hombre Cristo Jesús. Por el contrario, las tinajas con vino simbolizan a las almas humanas con fe viva y activa en Cristo Dios; simboliza a las almas que, por su fe en Jesús como Redentor, les otorga sentido de eternidad a sus vidas, elevándolas desde la horizontalidad de la vida humana, a la verticalidad de la vida divina. Un corazón sin fe es como una de las tinajas vacías de las bodas de Caná: de igual manera a como una tinaja vacía no alegra la fiesta, porque nada tiene para ofrecer, de la misma manera el hombre sin fe nada bueno, alegre o bueno puede aportar a la humanidad, y de la misma manera a como la tinaja con vino alegra la fiesta, así también el hombre con fe alegra a la humanidad con las obras de misericordia que hablan de la alegría del Reino de los cielos, y estos son los santos.
Por lo tanto, la expresión de la Virgen: “No tienen vino”, se refiere también a la carencia de fe, y puede quedar así: “Hijo, no tienen fe”. Y así como Jesús, obedeciendo al amoroso pedido de su Madre, aún cuando no quiere hacer el milagro, lo hace de todas maneras, así también, si la Virgen intercede por nosotros, pidiendo el aumento de nuestra fe en su Hijo Jesús, Jesús mismo nos la dará,  aún cuando considere que no la merecemos, a causa de nuestra negligencia en obrar el bien.

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