domingo, 15 de enero de 2023

En la oscura noche del ateísmo, el Corazón Inmaculado de María es el luminoso refugio para sus hijos que viven en la tierra



Si hablamos en términos de luz y oscuridad, haciendo referencia a lo sobrenatural, podemos decir que la luz es la gracia santificante y la oscuridad es el pecado que nos aparta de Dios. Cuanto más cerca estamos, como humanidad, del reinado tiránico del Anticristo, tanta más oscuridad se apodera del alma. En estos tiempos de siniestras tinieblas, en los que las sombras vivientes cubren toda la tierra, existe solo un lugar en el que el alma es iluminada con la luz de la gracia divina y ese lugar es el Corazón Inmaculado de María. Consagrémonos al Inmaculado Corazón de María, ingresemos en este refugio de luz divina y así seremos preservados de la inmensa oscuridad viviente que se abate cada vez más sobre el mundo, preparando la perversa llegada del Anticristo. Así lo dice la Virgen al Padre Gobbi:

5 de enero de 1974 

Primer sábado del mes y del año

Mi Corazón será tu refugio.

“Hoy como una madre quiero conducirte de la mano: quiero 

conducirte siempre a entrar más profundamente en la intimidad 

de mi Corazón Inmaculado. Mi Corazón debe ser para ti como 

un refugio, dentro del cual debes vivir y desde el cual debes con-

templar todos los acontecimientos de este mundo.

Si vivieres cada momento en este refugio, serás siempre cal-

deado por mi amor y el de mi Hijo Jesús.

Cada día que pasa este mundo se hundirá más y más en el 

hielo del egoísmo, de la sensualidad, del odio, de la violencia, de 

la infelicidad.

Antes de la gran tiniebla, caerá sobre el mundo la noche del 

ateísmo que lo envolverá todo.

Sobre todo, entonces, mi Corazón Inmaculado será tu refugio 

y tu claridad. No temas ni el hielo ni la obscuridad, porque tú 

estarás en el corazón de la Madre, y desde allí indicarás el camino 

a un inmenso número de mis pobres hijos extraviados.

Pero mi Corazón Inmaculado es también un refugio que te 

protege de todos estos acontecimientos que se suceden. Estarás 

sereno, no te dejarás turbar, no tendrás miedo. Verás cada cosa 

como de lejos, sin dejarte tocar por ellas en lo más mínimo.

Pero, ¿cómo? — me preguntas. Vivirás en el tiempo, pero es-

tarás conmigo como fuera del tiempo. ¡Mi Corazón Inmaculado, 

oh hijo, es como parte del paraíso en el que quiero encerrar a mis 

hijos predilectos para que sean preservados de las grandes cosas 

que los esperan; para que sean consolados por Mí, preparados 

por Mí, mandados por Mí para el grande y cercano momento de 

mi triunfo!

¡Quédate, pues, siempre en mi refugio!

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