viernes, 22 de abril de 2022

Las promesas de la Virgen para los que recen el Rosario

 



         Rezar el Rosario trae múltiples beneficios para el alma porque así lo ha prometido la Virgen. Cuando la Virgen se le apareció al Beato Alan de la Roche, le dio quince promesas para los que rezaran el Santo Rosario en su honor, todos los días[1].

         Le dijo así la Virgen a Alan de la Roche:

1. Aquellos que recen con enorme fe el Rosario recibirán gracias especiales.

2. Prometo mi protección y las gracias más grandes a aquellos que recen el Rosario.

3. El Rosario es un arma poderosa para no ir al infierno: destruye los vicios, disminuye los pecados y nos defiende de las herejías.

4. Se otorgará la virtud y las buenas obras abundarán, se otorgará la piedad de Dios para las almas, rescatará a los corazones de la gente de su amor terrenal y vanidades, y los elevará en su deseo por las cosas eternas. Las mismas almas se santificarán por este medio.

5. El alma que se encomiende a mí en el Rosario no perecerá.

6. Quien rece el Rosario devotamente, y lleve los misterios como testimonio de vida no conocerá la desdicha. Dios no lo castigará en su justicia, no tendrá una muerte violenta, y si es justo, permanecerá en la gracia de Dios, y tendrá la recompensa de la vida eterna.

7. Aquel que sea verdadero devoto del Rosario no perecerá sin los Sagrados Sacramentos.

8. Aquellos que recen con mucha fe el Santo Rosario en vida y en la hora de su muerte encontrarán la luz de Dios y la plenitud de su gracia, en la hora de la muerte participarán en el paraíso por los méritos de los Santos.

9. Libraré del purgatorio a a quienes recen el Rosario devotamente.

10. Los niños devotos al Rosario merecerán un alto grado de Gloria en el cielo.

11. Obtendrán todo lo que me pidan mediante el Rosario.

12. Aquellos que propaguen mi Rosario serán asistidos por mí en sus necesidades.

13. Mi hijo me ha concedido que todo aquel que se encomiende a mí al rezar el Rosario tendrá como intercesores a toda la corte celestial en vida y a la hora de la muerte.

14. Son mis niños aquellos que recitan el Rosario, y hermanos y hermanas de mi único hijo, Jesús Cristo.

15. La devoción a mi Rosario es una gran señal de profecía.

         Además de estas promesas, podemos decir que el que reza el Rosario se beneficia por lo siguiente: a través del Santo Rosario, contemplamos los misterios de la vida de Jesús y de la Virgen y, por el Rosario, la Virgen nos concede la gracia de participar de esos misterios y de concedernos las gracias correspondientes a cada misterio –por ejemplo, en la Encarnación, la pureza del alma y del cuerpo necesarias para recibir a Jesús Sacramentado-, además de obrar misteriosamente en nuestros corazones, para configurar nuestros corazones a los Sagrados Corazones de Jesús y María, por lo que si rezamos el Rosario todos los días, al final de nuestra vida terrena nuestros corazones serán uno solo con los Sagrados Corazones de Jesús y María y así permaneceremos, en la eterna alegría del Reino de los cielos. No hay motivo alguno, entonces, para no rezar el Santo Rosario todos los días, tanto personalmente, como en familia.

        

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