martes, 5 de diciembre de 2017

Las características de la devoción legionaria (2): María Medianera de todas las gracias


         La Legión de María se caracteriza por cultivar una “confianza sin límites”[1] en la Virgen, y la razón es que Dios mismo tuvo una confianza sin límites en la Virgen, al elegirla para que fuera Madre de Dios Hijo encarnado y como consecuencia de esta confianza sin límites, Dios le concedió a la Virgen –entre otros innumerables privilegios- “un poder sin límites”[2], al hacerla partícipe de su poder divino. Esta es la razón por la cual la Virgen es la “Mujer del Génesis” que aplasta la cabeza del Dragón infernal: porque ella participa del poder de Dios; es decir, ante la presencia de la Virgen, el Demonio tiembla de terror, porque experimenta el poder de Dios, presente en la Madre de Dios.
         La confianza de la Legión en María Santísima se ve, de un modo particular, en la consideración de María como Medianera de todas las gracias: si bien Jesucristo, en cuanto Hombre-Dios, es la Fuente de toda gracia, porque Él es la Gracia Increada en sí misma, el mismo Dios dispuso que TODA gracia que el alma necesite para su eterna salvación, pasara a través de la Virgen y solo a través de la Virgen. Esto significa que no hay ninguna gracia, por grande o pequeña que sea, que no pase por el Corazón y las manos de María. En consecuencia, el flujo de gracias es el siguiente: Sagrado Corazón de Jesús (Fuente Increada de la Gracia) – Inmaculado Corazón de María (Medianera de toda gracia) – Alma penitente (receptora de la gracia de Jesús, de manos de María).
         Afirma el Manual del Legionario que Dios dispuso que, “cuando obramos unidos a Ella, tengamos más acceso a Él y, en consecuencia, mayores garantías de alcanzar sus dones”. Esto es así porque el Inmaculado Corazón de María está estrecha e indisolublemente unido al Sagrado Corazón de Jesús; entonces, cuanto más cerca estemos del Corazón de María, más cerca estaremos del Corazón de Jesús. El hecho de contemplar o de consagrarnos al Inmaculado Corazón de María, no solo no interrumpe o dificulta el flujo de gracias, como muchos erróneamente piensan; por el contrario, al ser la Virgen “la Esposa del Espíritu Santo y el canal por el que fluyen hasta nosotros cuantas gracias manan de la Pasión de Cristo”[3], el flujo de gracias se ve aumentado e incrementado de modo inimaginable. Afirma el Manual: “No hay nada de cuanto recibimos que no lo debamos a una intervención positiva de María, la cual, no contenta con transmitir nuestras súplicas, las hace eficaces para alcanzar cuanto piden”[4]. En otras palabras, la Virgen no solo presenta nuestras súplicas a su Hijo, sino que, en cierta manera, Ella pide por nosotros y, como sabemos, no hay nada que el Hijo le niegue a la Madre, de ahí la eficacia asegurada al recurrir a María como Celestial Intercesora.
         Por este motivo, la Legión cultiva “una fe viva en el oficio mediador de María e inculca esta práctica con especial devoción a sus miembros”[5].




[1] Cfr. Manual del Legionario, V, 2.
[2] Cfr. ibidem.
[3] Cfr. ibidem.
[4] Cfr. ibidem.
[5] Cfr. ibidem.

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