martes, 20 de octubre de 2015

Nuestra Señora de Andacollo


Cuando vemos la imagen de Nuestra Señora de Andacollo, notamos varias cosas: por un lado, que tanto la Virgen como el Niño llevan vestimentas de color blanco, con ornamentos dorados; por otro lado, las rosas doradas que el Niño le da a la Virgen -una tiene el Niño en la mano y las otras ya las tiene la Virgen-; además, notamos que hay un Rosario y que las imágenes tienen coronas. ¿Qué significado tienen todos estos elementos? En lo que respecta al color blanco de las vestimentas de la Virgen y en el Niño, significa la pureza, tanto del cuerpo como del alma: del cuerpo, porque “el cuerpo es templo del Espíritu Santo” (1 Cor 3, 16) y tanto la Virgen como el Niño lo son: la Virgen, por ser la Madre de Dios, es Morada del Espíritu Santo desde su Inmaculada Concepción y Jesús, porque es Dios Hijo, es Dador del Espíritu junto a su Padre; entonces ambos, la Virgen y el Niño, llevan la vestimenta blanca, porque eso significa que sus cuerpos son “templo del Espíritu Santo”. El blanco significa también la pureza del alma, y esto quiere decir que Jesús y María tienen sus almas purísimas porque en ellos no hay ni la más pequeñísima traza de pecado, es decir, de malicia: la Virgen y Jesús eran incapaces no solo de cometer el más ligero pecado venial, sino que eran incapaces de cometer ni la más ligera imperfección, y esto porque no solo no tenían pecado, sino porque estaban llenos de la gracia santificante y el que está en gracia, ama con el Amor Puro de Dios y así Jesús y la Virgen aman sólo a Dios y no aman cosas que no son Dios, y esto es lo que significa el color blanco de las vestimentas de la Virgen y el Niño. El pecado es como si nosotros tuviéramos un paño blanco, muy pero muy blanco, y a este paño blanco le cae una pequeña gota de tinta negra: por más pequeña que sea la gota, se va a notar en seguida, porque se va a hacer visible en medio del blanco y sólo después de lavar la tela, conseguimos que la mancha desaparezca: así nos pasa a nosotros cuando, después de confesarnos y estar en gracia, cometemos algún pecado: nuestra alma queda manchada por el pecado y sólo vuelve a su blancura o pureza cuando nos volvemos a confesar; en cambio, a Jesús y a la Virgen nunca les pasó eso, porque nunca pecaron, nunca hicieron nada malo y por eso sus almas estuvieron siempre inmaculadas y puras, que es lo que significa el blanco. El dorado de los ornamentos, a su vez, significa la inhabitación del Espíritu Santo en la Virgen y en el Niño. La vestimenta blanca y dorada de Jesús y María nos deben hacer recordar, por lo tanto, cómo debemos ir a comulgar: nuestra alma debe ser santa y pura por la gracia santificante, y también nuestro cuerpo debe ser puro por la castidad, para así poder recibir a Jesús Eucaristía con pureza de cuerpo y de alma, y en nuestro corazón debe arder la Presencia del Amor de Dios, para recibir a Jesús como lo recibió la Virgen en la Encarnación: con el Espíritu Santo, el Amor Divino.
¿Qué significa la rosa dorada que la Virgen tiene en la mano? La rosa dorada significa el amor que el Niño tiene a la Virgen, su Mamá, y como muestra de ese amor, le regala la rosa. Como Jesús es nuestro hermano y la Virgen nuestra Madre del cielo, también nosotros le podemos regalar rosas, como Jesús: cada Ave María, rezada con amor, es una rosa que le regalamos a la Virgen; cada vez que pensamos en su Hijo Jesús, es una rosa; cada vez que hacemos una obra de misericordia, es una rosa espiritual que le regalamos a la Virgen. Como Jesús, también nosotros, entonces, le regalemos rosas a la Virgen, pero no nos acordemos de Nuestra Señora de Andacollo solamente cuando es la fiesta patronal, una vez al año; como el Niño Dios, que está siempre ofreciéndole rosas a su Mamá, también nosotros nos acordemos, todos los días, de rezarle Ave Marías a la Virgen –eso es lo que significa el Rosario que lleva la Virgen, las rosas espirituales, porque cada Ave María es una rosa espiritual- y nos acordemos también de llevarle nuestras buenas obras, para demostrarle nuestro amor de hijos.
Por último, las coronas de la Virgen y el Niño significan la corona de gloria que ambos poseen en el cielo, pero antes de esas coronas, Jesús recibió la corona de espinas y si bien la Virgen no llevó una corona de espinas, fue como si la hubiera llevado, porque cuando le colocaban la corona a su Hijo, Ella sentía el dolor como si fuera propio. Es decir, para recibir la corona de gloria en el cielo, debemos pedir llevar la corona de espinas de Jesús, en el espíritu, como la Virgen.

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