lunes, 2 de diciembre de 2019

Edificar la vida sobre la Roca que es Cristo



          En el Evangelio, Jesús narra la parábola de los dos hombres que construyeron sus casas, uno sobre arena y el otro sobre la roca. El que construyó su casa sobre arena, vio cómo ésta se derrumbó cuando comenzaron a caer las intensas lluvias y a soplar los fuertes vientos; el que construyó sobre roca, vio en cambio cómo su casa, a pesar del ímpetu de los vientos y el agua torrencial, se mantuvo incólume y persistió de pie, hasta que la tormenta pasó. La parábola refleja a la perfección las vidas de distintos hombres: quienes construyen su vida espiritual sobre un fundamento que no es Cristo –puede ser el dinero, la fama, el poder, etc.-, verán derrumbarse su edificio espiritual apenas comiencen a soplar los vientos de las tribulaciones; en cambio, quien construya su vida espiritual sobre la Roca que es Cristo, ése verá cómo su alma sobrevive a las tormentas espirituales más duras de la vida.
          Como estos últimos hombres debemos hacer nosotros: construir nuestro edificio espiritual sobre Cristo, que es la Roca, para que nuestra alma esté asentada sobre sólidos cimientos espirituales y así, cuando sobrevengan las tempestades y las zozobras de la vida, que inexorablemente han de venir, entonces salgamos incólumes de su arremetida. Ahora bien, ¿qué quiere decir “construir sobre Cristo”? Construir sobre Cristo que es la Roca quiere decir vivir la vida de la gracia, esto es, confesarnos con frecuencia y comulgar asiduamente, en estado de gracia, sobre todo en las misas de precepto; quiere decir orar con frecuencia, principalmente el Santo Rosario; quiere decir tratar de estar permanentemente en presencia de Dios, sin olvidar ni por un instante que Dios nos observa, lee nuestros pensamientos y está atento a cada movimiento que hacemos, y que le agradan nuestras obras buenas, como también le desagradan las obras malas.
          Construyamos sobre la Roca que es Cristo y así tendremos, en la vida eterna, una morada en el Reino de los cielos.

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