domingo, 22 de septiembre de 2019

Nuestra Señora de la Merced y las modernas esclavitudes



          En el año 1218, San Pedro Nolasco fundó en Barcelona, España, la Orden de la Merced, con el objetivo de rescatar a los cristianos que habían sido tomados prisioneros por parte de los musulmanes, que por medio de guerras de agresión se habían apoderado de gran parte de Tierra Santa. La devoción a Nuestra Señora de la Merced tomó el nombre de “Redentora de cautivos” debido a que los miembros de la Orden mercedaria, en nombre de la Virgen, rescataban a los cristianos cautivos por los musulmanes, ofreciendo dinero o incluso dándose a sí mismos en intercambio por los prisioneros. En ese entonces, la devoción a Nuestra Señora de la Merced, con su advocación de Redentora de cautivos, tenía un sentido de liberación, pero ante todo de liberación corporal, porque los que se rescataban eran los cristianos presos, materialmente cautivos por los musulmanes. Cuando cesaron las Cruzadas, cesaron, al menos temporalmente, la toma de prisioneros por parte musulmana, con lo cual cesó también esta función de redención de cautivos por parte de la Orden mercedaria.
          En nuestros días, si bien existe persecución a los cristianos en algunos países, la Orden no continúa con los mismos procedimientos y los mismos objetivos, aunque la Virgen continúa siendo Redentora de cautivos, porque el hombre de hoy está cautivo, si bien no corporalmente, sí espiritualmente, por muchos pecados y vicios. El hombre de hoy está cautivo por ideologías deshumanizantes y anti-cristianas, como la ideología de género, la Educación Sexual Integral, el aborto, la eutanasia, el ecologismo, el veganismo, que son formas extremas de defensa de la naturaleza por un lado, pero por otro, persiguen la muerte de niños inocentes por medio del aborto. El hombre de hoy también está cautivo por la atracción que sobre él ejercen el ocultismo, el satanismo, la brujería, la wicca –brujería moderna-, el espiritismo, el chamanismo, todas formas extremadamente peligrosas de contacto con el mundo oculto, al tiempo que de alejamiento de Dios. El hombre de hoy está cautivo por la secta de la Nueva Era, que busca reemplazar la espiritualidad cristiana católica por prácticas religiosas ocultistas orientales, como el yoga, el reiki, el feng-shui, el taichí, además de la lectura de cartas o tarot, la adivinación y toda clase de superstición. El hombre de hoy y sobre todo la juventud, está cautivo por los sustitutos acuarianos o de la Nueva Era de la espiritualidad católica, como la drogadicción con alucinógenos y toda clase de fármacos y drogas adictivas. En definitivas cuentas, si en años pasados la Virgen redimía a los cautivos corporales, en nuestros tiempos, los cautivos espirituales por ideologías anti-cristianas son muchísimos más que los cautivos corporales y las causas que esclavizan al hombre moderno son innumerablemente más abundantes y peligrosas que en los inicios de la Orden, motivo por el cual debemos implorar, hoy más que nunca, a la Virgen, como Redentora de cautivos, para que rescate del peligro de condenación eterna en el que se encuentra millones de nuestros prójimos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario