En
un mensaje, la vidente tiene una visión sobre la Santísima y el Rosario: “Veo una enorme corona de Rosarios blancos. Veo a la Santísima Virgen y
me dice: Ves esta corona, porque esto es lo que deseo que hagáis, una verdadera
corona de rosarios. Oración, hija mía, oración, ¡cuántas bocas permanecen aún
calladas!, sin conocer siquiera una oración que los acerque al Señor. El Santo
Rosario es el arma a la cual le teme el enemigo, es también el refugio de los
que buscan alivio a sus pesares y es la puerta para entrar en mi corazón. Gloria
al Señor, por la Luz que da al mundo” [1].
“Deseo
que hagáis una verdadera corona de Rosarios”: la Virgen quiere que recemos, no
uno, sino muchos Rosarios. El Rosario es una corona de rosas espirituales que
le damos a la Virgen: Ella quiere muchas coronas de rosas espirituales y para
eso tenemos que rezar muchos Rosarios.
“Oración,
hija mía, oración, ¡cuántas bocas permanecen aún calladas!”: la Virgen insiste
con la oración, porque la oración es al alma lo que la respiración y la
alimentación al cuerpo. Así como el cuerpo no puede vivir sin respirar y sin
alimentarse, así el alma no puede vivir sin la oración. Y sin embargo, dice la
Virgen que “muchas bocas permanecen calladas” y esto es así, porque muchos
hablan de cosas mundanas, todo el tiempo –economía, política, fútbol,
espectáculos-, pero son muy pocos los que abren la boca para rezar, para
dirigir sus mentes y sus corazones a Dios Nuestro Señor. Lo que importa en esta
vida es salvar el alma y son muchas las almas que están mudas frente a las
cosas de Dios, pero hablan permanentemente de las cosas del mundo. Hay que
hacer al revés: hablar menos de las cosas del mundo y hablar más con Dios y con
Dios se habla por medio de la oración y dentro de las oraciones, la más
apreciada por la Virgen es el Rosario. La Virgen dice que muchos no conocen ni
siquiera “una oración que los acerque al Señor” y esto sucede porque están
atrapados por el engaño de este mundo, que los lleva a despreciar las cosas del
Cielo y a pensar solo en esta tierra y este mundo, y esta tierra y este mundo
pasan pronto y luego viene el Juicio Particular y la vida eterna, el Cielo o el
Infierno, y es para prepararnos para ese Juicio Particular, que tenemos
necesidad de orar sin descanso.
“El
Santo Rosario es el arma que más teme el enemigo”: el Demonio tiembla ante el
Santo Rosario, porque con él invocamos la presencia y la protección de la
Santísima Virgen, a la cual Dios le ha dado el poder de aplastarle la cabeza. Si
el Demonio ha tomado posesión de la gran mayoría de niños y jóvenes en nuestros
días, es porque no hay nadie o casi nadie que rece el Santo Rosario, dejándole
libre el campo de acción y permitiendo que coseche almas de niños y jóvenes
todos los días.
“Es
el refugio de los que buscan alivio a sus pesares y es la puerta para entrar en
mi Corazón”: por el Santo Rosario, la Virgen nos concede las gracias que
necesitamos para que nuestros pesares y nuestras tribulaciones sean aliviadas y
sin embargo, ¡cuán pocos son los que rezan el Rosario! Y cuando enfrentan una
dificultad, en vez de acudir a Dios, acuden a los magos, a los brujos, a los
hechiceros, a los enemigos de Dios y las almas, que solo dolor y pesar les
provocarán, en vez de acudir a Dios por medio del Santo Rosario y así obtener
alivio.
“Gloria
al Señor, por la Luz que da al mundo”: los mensajes de la Virgen son haces de
luz celestial que iluminan este mundo sumergido en “tinieblas y sombras de
muerte”. Pero está en cada uno seguir ese rayo de luz o bien quedarse sumergido
en las tinieblas. En nuestros días, la gran mayoría prefiere quedarse en medio
de las tinieblas, porque no rezan el Rosario y quienes esto hacen, lo
lamentarán cuando ya sea demasiado tarde.
[1] Mensaje 850 del 10-04-86; cfr. https://www.santisimavirgen.com.ar/mensajes_virgen_san_nicolas/consulta_de_mensajes.htm
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