Nuestra Señora de la Merced lleva el título de “Redentora de
cautivos”, porque la Orden Mercedaria fundada por San Ramón Nolasco y cuya Patrona
era la Virgen de la Merced, tenía la misión de rescatar a aquellos que habían
sido tomados prisioneros por los musulmanes en Tierra Santa. Los seguidores de
Mahoma habían invadido ilegítimamente Tierra Santa, que pertenecía a la
Cristiandad y como respuesta a esta invasión, los cristianos, bajo el llamado
de los Papas, organizaron expediciones militares llamadas “Cruzadas”, para
recuperar lo que legítimamente les pertenecía, Tierra Santa y los Santos
Lugares de la Redención, como el lugar del Nacimiento del Salvador, el
Calvario, el Santo Sepulcro, y muchos otros lugares. Como consecuencia de estas
invasiones y guerras desencadenadas por la incursión de los mahometanos,
sucedía que muchos cristianos eran tomados prisioneros por los seguidores de
Mahoma, los cuales exigían un rescate en dinero si es que los querían volver a
ver con vida. La Orden Mercedaria, cuya Patrona era la Virgen de la Merced,
logró rescatar a numerosos cristianos, llegando incluso a realizar intercambios
de religiosos de la Orden a cambio de prisioneros cuando se agotaba el dinero,
como sucedió con el caso de San Ramón Nonato, religioso mercedario. Esta es la
razón por la cual la Virgen de la Merced lleva, entre otros títulos, el de “Redentora
de cautivos”. Y aunque en nuestros días existe una secta islamista extremista
llamada “ISIS”, que continúa con la misma intención de hacer del mundo
cristiano un califato, caracterizándose por la crueldad satánica que muestra en
la ejecución de los prisioneros, sobre todo de los cristianos, la Orden
Mercedaria ya no se dedica al intercambio de prisioneros, sino a la
evangelización de los gentiles, por medio de diversos apostolados.
Sin embargo, la Virgen no ha perdido su nombre de “Redentora
de cautivos”, porque Ella continúa rescatando y redimiendo a innumerables hijos
suyos que se encuentran esclavizados por una esclavitud peor que la de los
mahometanos, y es la esclavitud del pecado. En nuestros días, cientos de miles
e incluso millones de niños, jóvenes, adultos, se encuentran bajo el yugo
esclavizante de todo tipo de pecado, que les impide vivir con la libertad de
los hijos de Dios: hedonismo, materialismo, lujuria, drogadicción, sectas de la
Nueva Era, magia, ocultismo, brujería, chamanismo, alcoholismo, y el peor de
todos, el ateísmo y la apostasía, que hacen renegar de la fe en Nuestro Señor
Jesucristo, Dios Hijo hecho hombre sin dejar de ser Dios, y los sumerge en una
existencia oscura, tenebrosa, que los encamina a un abismo de perdición eterna.
Hoy, más que nunca, por lo tanto, es necesario elevar súplicas y ruegos a la Virgen,
Nuestra Señora de la Merced, para que libere a estos hermanos nuestros que se
encuentran esclavizados por las duras cadenas del pecado. Y, al igual que
hacían los mercedarios, además de ofrecer nuestras oraciones, penitencias,
mortificaciones, por la conversión de quienes están esclavizados por el pecado,
a imitación de ellos, que se ofrecían a cambio de la liberación de los
cristianos prisioneros, nosotros podemos ofrecernos, unidos a Nuestra Señora de
la Merced, en la Santa Misa, renovación del Santo Sacrificio de la Cruz, como
víctimas en la Víctima, Cristo Jesús, suplicando por la liberación de quienes
están bajo el duro yugo del pecado.
Hermoso,Ojalá nuestra Señora de la Meced ayude al pueblo argentino a encontrar el camino que nos lleve a vivir como Cristo nos ha enseñado.
ResponderEliminar