Para apreciar el
significado de los mensajes de María Rosa Mística, tenemos que tener en cuenta,
antes que nada, el nombre que se le aplica a María, precisamente el de “Rosa
Mística”. Además de significar la pureza y el martirio, el nombre de “Rosa” se
le aplica a la Virgen, para significar su pureza y la fragancia de su gracia.
Si la rosa en cuanto flor se destaca entre las flores por su
hermosura, por su fragancia, por su pureza, María es la Rosa por excelencia,
porque Ella se destaca entre todas las creaturas, entre todos los ángeles y
santos, con una distancia más grande que la que hay entre la tierra y el cielo,
porque Dios no puede crear una creatura más hermosa que María, ni más pura que
Ella, ni más Llena de gracia que Ella, y por lo tanto, no puede crear nadie que
exhale el perfume exquisito de la gracia del Espíritu Santo, como Ella.
En lo que respecta al nombre de “Mística”, se llama así a la
Madre de Dios porque, a diferencia de las rosas terrenas, que luego de unas
pocas horas comienzan a marchitarse, perdiendo su perfume y su color,
volviéndose mustias y secas, María Rosa Mïstica no se marchita jamás, porque
Ella es Inmaculada y Virgen antes, durante y después del parto virginal de su
Hijo Jesús, y permanece inhabitada por el Espíritu Santo, como desde el día de
su Concepción Inmaculada, sin la menor disminución de su santidad excelsa.
María es Rosa “Mística” porque es la Flor de los cielos, que inunda con su
perfume exquisito el Paraíso Celestial, llenando de admiración y de contento a
Dios Trino, a los ángeles y a los santos, que no dejan de cantar himnos de
alabanzas y de acción de gracias a Dios por haber creado a una creatura tan
hermosa y pura. También hay que decir que Cristo mismo recibe el nombre de
Rosa, según algunos Padres de la Iglesia: para Tertuliano y San Ambrosio, la
raíz representa la genealogía de David; el brote es María y la flor, rosa, es Cristo.
Y esto es así porque si la Virgen es el brote de la genealogía de David,
porque está Llena del Espíritu Santo, porque es Inmaculada, y porque es la
Plena de gracia, su Hijo, Cristo, que nace de María Virgen, es la Flor del Brote,
porque Él es el Dador del Espíritu Santo, junto a Dios Padre, Él es Inmaculado,
porque es Dios Tres veces Santo, y es la Gracia misma Increada.
Por
otra parte, si hacemos una comparación con las rosas terrenas, esto nos ayudará
a resaltar todavía más la condición de María como Rosa Mística, y el sentido de
sus pedidos en sus apariciones a Pierina Gilli. Podemos decir que las rosas
terrenas son una representación de las almas de los hombres: cuando están
fragantes, lozanas, frescas, y exhalan perfume agradable, puede decirse que son
las almas en gracia, siendo la gracia la causa de su perfume y frescura. Pero
es de experiencia cotidiana que las rosas terrenas, luego de un breve tiempo,
comienzan a perder toda su frescura y perfume, y se vuelven secas y mustias:
son las almas que han caído en pecado, sobre todo el pecado mortal, porque ya
no viven en gracia, y han perdido por lo tanto toda participación en la vida
divina, que era la causa de su hermosura y de su pureza.
Cuando vemos el mundo actual, en el que todo lo que hace
el hombre es contrario a la Ley de Dios, expresada en la Naturaleza; cuando
vemos que se exaltan los vicios contra-natura, no sólo como si no fueran cosas
contrarias a la Ley divina, sino como si fueran derechos humanos y por lo tanto
exigencias que pertenecen al hombre mismo; cuando vemos que se exalta toda
clase de impurezas, ya desde la más
temprana edad, enseñando a niños de jardín de infantes que el matrimonio
no es sólo entre varón y mujer, sino que se da ese título a cualquier
combinación posible; cuando vemos que los jóvenes han profanado sus cuerpos con
relaciones pre-matrimoniales; con drogas, con alcohol, con música cumbia y
rock, indignas de la condición humana; cuando vemos que en vez de rendir culto
al Dios del sagrario, cientos de millones de católicos se vuelcan al ocultismo,
al esoterismo y al satanismo; cuando vemos que entre los niños se conoce y se
ama más a un ídolo inerte y mudo, el fútbol –y, dentro de él, todas las “estrellas”
futbolísticas, como Messi y compañía-; cuando vemos que millones de niños y
jóvenes desaparecen de la Iglesia apenas recibidos los sacramentos; cuando
vemos que los así llamados “cristianos” se diferencian de los paganos fuera de
la Iglesia sólo porque el Domingo –algunos, los menos- van a Misa, nos damos
cuenta de cómo todo el mundo se ha convertido en un inmenso jardín arrasado, en
donde las flores de Dios, las almas de los hombres, se han marchitado, se han
secado, han comenzado su proceso de descomposición.
Es aquí entonces en donde entendemos los pedidos de María
Rosa Mística, sobre todo en su primera aparición, en la primavera del año 1947,
cuando se aparece con su rostro triste, vestida con una túnica morada, con su
cabeza cubierta con un velo blanco, y con su pecho atravesado por tres espadas,
y dice sólo tres palabras: “Oración, penitencia, reparación”.
Oración por la conversión propia y de los pecadores más
empedernidos; penitencia para expiar por el mundo que exalta los sentidos y
ensalza el error, en detrimento del silencio, de la contemplación, de la pureza
y de la Verdad revelada, Jesucristo, y reparación, por quienes “no creen, ni
esperan, ni adoran, ni aman” a Jesús en la Eucaristía.
Madre te pido bendice a mis hijos para su reencuentro con Dios, gracias
ResponderEliminarMadre te pido bendice a mis hijos para su reencuentro con Dios, gracias
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