¿Cómo evangeliza la Iglesia? ¿Cómo comenzó la Evangelización? ¿Cómo continuará evangelizando la Iglesia hasta el Día del Juicio Final? El Manual del Legionario responde a estas preguntas en el Capítulo X, dedicado a la misión del apostolado seglar. En esta
sección, el Manual reflexiona acerca de cómo la Iglesia de Nuestro Señor
Jesucristo comenzó su expansión, desde sus inicios, y cómo debe continuar
expandiéndose y la forma en que debe hacerlo es mediante el sacerdote ministerial
-que debe ser fiel al Sumo y Eterno Sacerdote, al Magisterio, a las Escrituras
y a la Tradición de la Iglesia- unido a fieles laicos, los cuales deben estar
comprometidos con la causa de la evangelización, es decir, con la difusión del
Evangelio en el mundo.
En efecto,
dice así el Manual: “La idea del sacerdote rodeado de personas deseosas de
compartir con él sus trabajos está sancionada por el ejemplo supremo de
Jesucristo: Jesús se dispuso a convertir al mundo rodeándose de un grupo de
elegidos, a quienes instruyó por sí mismo y comunicó su propio espíritu. Los apóstoles
tomaron a pecho la lección de su divino Maestro y la pusieron en práctica
llamando a todos para que les ayudasen en la conquista de las almas. Dice el
Cardenal Pizzardo: “Bien puede ser que los forasteros que llegaron a Roma (Hch
2, 10) y oyeron predicar a los apóstoles el día de Pentecostés, fueran los
primeros en anunciar a Jesucristo en Roma, echando así la semilla de la Iglesia
Madre, que poco después vinieron a fundar San Pedro y San Pablo de un modo
oficial”. Es decir, aquí se encuentra la idea del inicio: sacerdotes
ministeriales -San Pedro y San Pablo- predicando y luego, esa misma Buena
Noticia, que es escuchada por los seglares, es transmitida oralmente, de persona
a persona, iniciando así la propagación del Evangelio, tal como se propaga una
mancha de aceite perfumado cuando este se derrama sobre el suelo.
El Papa Pío
XI, en una Alocución, dice así: “Lo cierto es que la primera difusión del
cristianismo en Roma misma fue obra del apostolado seglar. ¿Cómo pudo ser de
otra manera? ¿Qué hubiesen logrado los doce, perdidos como estaban en las
inmensidades del mundo, de no haber convocado a hombres y mujeres, a ancianos y
jóvenes, diciéndoles: “Llevamos aquí un tesoro celestial, ayudadnos a
repartirlo?”. Entonces el Papa Pío XI también desarrolla la misma idea: la
propagación inicial del Evangelio se dio gracias al apostolado seglar, ya que
sin esta colaboración de los laicos, la tarea se habría dificultado mucho.
El Manual
cita luego el ejemplo de otro Papa, dice, “para demostrar contundentemente que
el ejemplo de Nuestro Señor y de los apóstoles respecto de la conversión del
mundo es la pauta o modelo que ha dado Dios a todos los sacerdotes -alter
Christus-, para que ellos obren de igual manera en el limitado campo de
acción de cada cual, ya sea parroquia o distrito, ya sea una obra especializada”.
Luego el manual cita el siguiente diálogo en el que interviene el Papa San Pío
X ante un grupo de cardenales. El Papa les pregunta: “-¿Qué os parece lo más
urgente hoy para salvar a la sociedad?” -Edificar escuelas, contestó uno. -No,
contestó el Papa. -Multiplicar las iglesias, dijo otro. -Tampoco. -Reclutar más
clero. -Ni siquiera eso, dijo el Papa. No. Lo más urgente ahora es tener en
cada parroquia un núcleo de seglares virtuosos y, al mismo tiempo, ilustrados,
esforzados y verdaderos apóstoles”.
El Papa San
Pío X sostiene la misma idea acerca de qué es lo que se necesita para
evangelizar al mundo: a sacerdotes, fieles al Sumo y Eterno Sacerdote Jesucristo,
y a laicos, los cuales deben ser: virtuosos -esforzarse en la consecución de
virtudes y en la lucha de los vicios y pecados propios-; ilustrados -deben
formarse permanentemente y profundizar en la propia fe-; esforzados -todo lo
contrario a la pereza espiritual y corporal- finalmente, verdaderos apóstoles,
lo cual quiere decir, en primera instancia, tener la misma fe de los Apóstoles
-el Credo de los Apóstoles- y rezar para tener la asistencia del Espíritu Santo
en la tarea evangelizadora. Así es como la Iglesia Católica evangelizó desde sus
inicios, así continúa haciéndolo y así continuará hasta el Día del Juicio Final.