Segunda
Meditación.
1-¿Es
compatible la adoración a la Pachamama con la fe católica?
2-¿Qué
dice el Manual sobre la Verdadera Devoción a María Santísima?
1-En
el marco del Sínodo de la Amazonía, llevado a cabo en octubre de 2019, se
dieron actos que fueron considerados por fieles católicos como idolátricos y
como un atentado contra el Primer Mandamiento.
Empecemos con un relato
de lo acontecido, de acuerdo a la descripción de Monseñor Athanasius Schneider,
de Kazajistán[1][1]:
El 4 de octubre de 2019,
en vísperas del Sínodo de la Amazonía, se celebró una ceremonia religiosa en
los Jardines del Vaticano, que fue dirigida en parte por chamanes y en la que
objetos simbólicos fueron usados; a saber, una escultura de madera de una mujer
embarazada sin ropa. Estas representaciones son conocidas y pertenecen a los
rituales indígenas de las tribus amazónicas, y específicamente al culto de la
llamada Madre Tierra, la Pachamama. En los días siguientes, las figuras
femeninas desnudas de madera también fueron veneradas en la Basílica de San
Pedro frente a la Tumba de San Pedro. Los católicos no pueden aceptar ningún
culto pagano, ni ningún sincretismo entre las creencias y prácticas paganas y
las de la Iglesia Católica. Los actos de adoración de encender una luz,
inclinarse, postrarse o inclinarse profundamente en el suelo y bailar ante una
estatua femenina desnuda, que no representa a Nuestra Señora ni a una santa
canonizada de la Iglesia, viola el primer Mandamiento de Dios: “Tú no tendrás
dioses ajenos delante de mí” y la prohibición explícita de Dios, que ordena:
“Cuando levantes tus ojos al cielo, cuando veas el sol, la luna, las estrellas
y todo el ejército de los cielos, no vayas a dejarte seducir y te postres ante
ellos para darles culto. Eso se lo ha repartido Yahveh tu Dios a todos los
pueblos que hay debajo del cielo” (Dt 4,19), y: “No os hagáis ídolos, ni
pongáis imágenes o estelas, ni coloquéis en vuestra tierra piedras grabadas
para postraros ante ellas, porque yo soy Yahveh vuestro Dios” (Lev 26,1).
También el Cardenal
Müller, Prefecto emérito de la Congregación para la Doctrina de la Fe, hizo
afirmaciones claras al respecto[2]:
La liturgia del 4 de
octubre en los Jardines Vaticanos, habría incluido “una cierta veneración; más
aún, adoración de ídolos”; una violación del primer mandamiento, porque
Jesucristo, presente en los sacramentos, “es el único Redentor”. Si bien los
católicos tenemos imágenes de santos, no las adoramos; sino que sólo
“veneramos” la imagen en representación de esta persona santa. La “adoración”
no le correspondería, de manera alguna, a personas ni a la Creación -así lo
explicó Müller, y se remitió a la teología de San Pablo.
“Traer a los ídolos a la
Iglesia fue un pecado grave, un crimen contra la Ley Divina” -afirmó el
Cardenal.
Lo decisivo es discernir
lo que realmente significó este acto: ¿Es que fue un intento de inculturación
del evangelio o fue un acto idolátrico y, por tanto, una falsificación del
evangelio?
A este respecto,
escuchemos lo que dijo un obispo auxiliar de Suiza, Monseñor Marian Eleganti.
En una publicación de Facebook, el obispo recuerda que la controvertida figura
de la Pachamama no es la Virgen María, quien es la Madre de la Iglesia.
“El hecho de que en los
Jardines vaticanos se hayan postrado ante ella y en todo lado esté
sobresaliendo y siendo llevada en procesión, cuando más valdría que la imagen
de la Virgen de Guadalupe fuese venerada y mostrada (siendo un retrato
inequívoco y, al mismo tiempo, inculturado de la Virgen María, con rasgos y
símbolos indígenas, dado por el cielo mismo) es incomprensible. Para cualquier
observador, no se entiende que la veneración pública de la Pachamama en el
Sínodo del Amazonas no sea una idolatría. Y aun si no fuese así, seguiría
estando el escándalo de que parece serlo y de que la Roca de Pedro no se
preocupe de ello, y que, antes bien, proteja los rituales bien documentados y
ajenos al cristianismo en los Jardines del Vaticano y más allá, mientras que se
lamenta de reacciones que son comprensibles.”[3]
El obispo emérito de
Marajó en el territorio amazónico, Monseñor José Luis Azcona, habló aún más
claramente y condenó los rituales paganos como sacrilegios demoníacos, que
provocan escándalo. Él confirmó que la “Pachamama” es una divinidad pagana. Y
precisó[4]:
“Estas celebraciones
dependen de los espíritus que se evocan y es evidente que esto es brujería, de
la cual nos advierte la carta de San Pablo a los Gálatas, en el capítulo 5,
versículo 29, cuando denuncia el pecado de la idolatría que es incompatible con
el Evangelio y con la misión.”
Cuando se da un acto de
tal gravedad contra la veneración que Dios merece, es necesario reparar. En ese
sentido se han llevado a cabo diversas iniciativas, que abarcaron penitencia de
los fieles y exorcismos realizado por sacerdotes.
Monseñor Schneider llega
a la conclusión acertada:
“En vista de los
requisitos de la adoración auténtica del Único Dios Verdadero, la Santísima
Trinidad y Cristo Nuestro Salvador, en virtud de mi ordenación como obispo
católico y sucesor de los Apóstoles, y con verdadera fidelidad y amor al Romano
Pontífice, el Sucesor de Pedro, y a su tarea de presidir la Cátedra de la
verdad (cathedra veritatis), condeno la veneración del símbolo pagano de
Pachamama en los Jardines del Vaticano, en la basílica de San Pedro, y en la
iglesia romana de Santa María en Traspontina.”
2-¿Es compatible la Verdadera Devoción a María, según
San Luis María Grignon María de Montfort, con la fe católica? ¿Puede resumir en
breves párrafos, en qué consiste esta devoción, tal como la presenta el Manual
del Legionario en Capítulo 6, 5?
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