Hay diversas razones para rezar el Santo Rosario todos los
días; la principal de ellas, son las promesas que la Santísima Virgen promete
conceder a Santo Domingo de Guzmán, cuando le entregó el Santo Rosario como
oración de la Iglesia.
Podríamos agregar brevemente otras más: por el Santo Rosario,
glorificamos a la Trinidad, con el rezo del Gloria y esta glorificación es algo
que debemos hacer como católicos, más allá de si recibimos o no dones de la
Trinidad, porque aun si Dios no nos concediera ningún favor, que sí lo hace y
en abundancia, deberíamos adorarlo y glorificarlo solo por lo que Dios es, Dios
Tres veces Santo de infinita Bondad y Santidad.
Otra
razón es que, por el Santo Rosario, a través del Avemaría, alegramos el Corazón
Inmaculado de María, porque el Avemaría le recuerda el momento más hermoso para
Ella, que es cuando el Ángel Gabriel le anuncia que será Madre de Dios,
permaneciendo Ella Virgen.
Otra
razón es que, por medio del Santo Rosario, no solo meditamos en los misterios
de la vida de Nuestro Señor Jesucristo –cuando vemos el contenido de los
misterios del Santo Rosario, nos damos cuenta de que repasamos los principales
misterios de la vida de Jesús, sino también los de la Virgen-, sino que
también, de modo misterioso y a través del Inmaculado Corazón de María, somos
hechos partícipes de esos misterios y esto es importantísimo para nuestra vida
espiritual, porque esto quiere decir que, por medio del Rosario, la Virgen nos
concede las gracias que necesitamos para configurar nuestros corazones a los Sagrados
Corazones de Jesús y María. Por ejemplo, quien sea propenso a la ira, obtendrá
del Santo Rosario la virtud de la mansedumbre del Sagrado Corazón de Jesús.
Por
estas razones y otras más, debemos rezar el Santo Rosario todos los días.
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