El Escapulario del Carmen está indisolublemente unido a la
verdad sobrenatural de la existencia del Infierno: en otras palabras, no se puede
hablar del Escapulario del Carmen sin hablar de la realidad y de la existencia
del Infierno. Éste último es el lugar creado por la Santísima Trinidad, en un
primer momento, para los ángeles rebeldes, es decir, para los ángeles que voluntariamente
se negaron a amar, adorar y servir a Dios Uno y Trino; pero también es el lugar
creado, en un segundo momento, para una segunda clase de habitantes del
Infierno: los hombres que, convirtiéndose en malvados por propia decisión e
imitando al Ángel caído, se rehúsan a amar, adorar y servir a Dios Trinidad. Entonces,
el Infierno es el lugar, como el mismo Señor Jesucristo lo revela, reservado
para el Ángel caído y para todos los ángeles rebeldes, pero también es el lugar
para los hombres que, en esta vida y en la otra, no quieren saber nada de tener
amor de amistad y de filiación con Dios. El Escapulario de la Virgen del Carmen
está estrecha e indisolublemente unido a la existencia del Infierno, porque la
promesa principal relacionada con el Escapulario es que el alma que lo lleve –de
forma devota y con amor a Dios-, no caerá en el lago del fuego eterno, el
Infierno. Quien porta el Escapulario de la Virgen del Carmen debe llevar
grabada a fuego, en su mente y en su corazón, las palabras de la Virgen a San
Simón Stock: “Quien muera utilizando el Escapulario, no sufrirá el fuego eterno
del Infierno”. Entonces, esta es la razón principal por la que usamos el
Escapulario, aquellos que somos devotos de Nuestra Señora del Carmen: que
cuando finalice nuestro tránsito por esta vida terrena, no seamos eternamente
condenados en el Infierno.
Ahora bien, hay también otras razones por las cuales
utilizamos el Escapulario, que van más allá de no querer caer en el Infierno al
finalizar nuestra vida terrena. Estas razones son, por ejemplo, el hecho de que
el Escapulario es un símbolo de nuestra condición de ser hijos de la Virgen
María, ya que quien usa el Escapulario, se compromete a vivir en estado de
gracia y el estado de gracia es el estado de hijos adoptivos de Dios y de la
Virgen, quien nos adoptó como hijos al pie de la Cruz, en el Monte Calvario.
Otra razón por la que usamos el Escapulario es que, si por
la gracia de Dios y el Escapulario, escapamos del Infierno, pero aun no estamos
preparados para el Cielo, iremos al Purgatorio y allí la Virgen nos irá a sacar
al próximo sábado siguiente al de nuestra muerte terrena, por lo que el devoto
de la Virgen del Carmen no pasará en el Purgatorio más de siete días, como
máximo.
Otra razón por la que usamos el Escapulario es que, al ser
hijos de la Virgen –el Escapulario es un signo y recuerdo de nuestra condición
de hijos de María-, nos comprometemos a imitarla en sus virtudes,
principalmente la pureza de cuerpo y alma, la humildad y el amor a su Hijo
Jesucristo, Nuestro Dios.
Por todas estas razones y no sólo por no caer en el
Infierno, es que los devotos de Nuestra Señora del Carmen usamos su Santo
Escapulario.