Las apariciones de la Virgen en Lourdes a Santa Bernardita
constituyen una de las más importantes apariciones marianas en toda la historia
de la Iglesia. Por esta misma razón, es necesario conocer cuál es el o los
mensajes que dichas apariciones dejan como legado para la humanidad.
Un primer mensaje es la confirmación del cielo de la
definición del dogma de la Inmaculada Concepción, que se había declarado cuatro
años antes (1854), lo cual resalta y hace sobresalir la importancia del
Magisterio de la Iglesia, que es apoyado y confirmado por una aparición
importantísima como es la de Lourdes. En otras palabras, las apariciones de
Lourdes confirman que lo que enseña el Magisterio de la Iglesia proviene del
cielo y como tal hay que aceptarlo y vivirlo. El Magisterio enseñó que la
Virgen era la Inmaculada Concepción, la Virgen se aparece para decir que es la
Inmaculada Concepción.
Otro
mensaje es la presentación de la Virgen como modelo de pureza de cuerpo
-castidad- y de alma -fe-, necesarias para toda alma que desee alcanzar el
cielo. La Virgen es Purísima doblemente, en alma y en cuerpo, es pura -Inmaculada-
en el alma, porque su fe no está contaminada por supersticiones ni por
creencias heréticas; es pura -Inmaculada- en cuerpo, porque toda Ella en su ser
está consagrada a Dios y su Amor, sin tener ninguna clase de amor profano o
mundano. La Virgen entonces se presenta como modelo insuperable para todo
cristiano que, mediante la doble pureza del cuerpo y del alma, desee alcanzar
el cielo. El cristiano que se aparta de este doble modelo de pureza que es la
Virgen Inmaculada, se aparta del camino del cielo. En nuestros días, en los que
la impureza, la impudicia, la amoralidad -desfiles del “orgullo LGBT” por
ejemplo- son levantados como banderas de la humanidad y como derechos humanos,
es necesario elevar los ojos a la Virgen Inmaculada para saber que el modelo
mundano presentado de impureza no es querido por el cielo. En Lourdes, como en
toda otra aparición, la Virgen se presenta Ella misma para el mundo como Madre
y modelo de una doble pureza, de alma y cuerpo, indispensablemente necesarias
para alcanzar el Reino de los cielos.
Otro
mensaje que dejan las apariciones de Lourdes son la exaltación de virtudes
olvidadas en nuestros días, virtudes como la pobreza -la Virgen se le aparece a
Santa Bernardita, cuya familia era sumamente pobre materialmente hablando-, la
penitencia y la humildad -la Virgen le pide a Santa Bernardita que se humille
públicamente, cuando le hace buscar el agua milagrosa con el rostro, en el
fondo de la cueva-. Estas virtudes son indispensables para la santidad, porque
el que no vive la pobreza de la Cruz, servirá al dinero y lo constituirá a éste
como a su dios, lo cual no es posible, tal como lo advierte Jesús en las
Escrituras –“No se puede servir a Dios y al dinero”-; por su parte, la humildad
es necesaria para la salvación porque Dios “acepta a los humildes y rechaza a
los soberbios”, tal como lo dice la Virgen en el Magnificat.
Otro
mensaje, de suma importancia, es el de la Cruz: la Virgen le dice claramente a
Bernardita que no le promete la felicidad en esta vida, sino en la otra, y la
felicidad del Reino de los cielos se consigue únicamente por medio del Camino
Real de la Cruz, el Via Crucis.
En
Lourdes se da también una importancia superlativa a la oración, es decir, a la
unión del alma con Dios por medio de la oración, ocupando el Santo Rosario un
lugar de preeminencia en esta oración pedida porla Virgen, pues Ella aparece
con un Rosario entre sus manos con lo cual nos está pidiendo que lo recemos.
En
las apariciones de Lourdes hay un poderosísimo mensaje de la Misericordia
Divina dirigida a los enfermos: es un mensaje de amor y de santidad, porque en
Lourdes se han producido innumerables curaciones corporales milagrosas,
curaciones que se encuentran al mismo nivel de los producidos por Jesús en el
Evangelio.
Por
último, también se manifiesta la Misericordia Divina en Lourdes no solo curando
a los enfermos del cuerpo, sino también a los enfermos del alma -sobre todo, a
los afectados por el ateísmo-, ya que se han producido centenares de miles de
conversiones de ateos o de personas pertenecientes a otras religiones.
Al
recordar entonces las apariciones de la Virgen en Lourdes, recordemos también
todos los mensajes celestiales que dichas apariciones nos han dejado.